Berlín, (EFE).- Los berlineses podrán descubrir, en el Museo Martin-Gropius-Bau hasta el próximo 4 de septiembre los tesoros sumergidos de las ciudades egipcias de Alejandría, Canopus y Herakleion, descubiertos en los últimos diez años por el arqueólogo francés Franck Goddio.
La exposición titulada "Los tesoros sumergidos de Egipto", que inauguraron el presidente egipcio Hosni Mubarak y su homólogo alemán Horst Koehler, transporta al visitante por más de mil 500 años de historia, desde la época de los faraones a Alejandro Magno, al periodo griego, la conquista romana y la era del islám.
La muestra es fruto del trabajo del Instituto Europeo de Arqueología Submarina (IEASM) dirigido por Goddio en Alejandría y en la bahía de Aboukir en cooperación con el Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto y gracias a la financiación de la Fundación Hilti.
"¡Es una sensación!. ¡Es una milagro hecho por un hombre!", exclamó Gereon Sievernich, director del Martin-Gropius-Bau, en la rueda de prensa de presentación, en alusión a que esta exposición es posible gracias al trabajo del arqueólogo francés en Egipto.
El director del Martin-Gropius-Bau se mostró "orgulloso" de que su museo exhiba como "primicia mundial" esta exposición. Algunas de las piezas no se habían expuesto nunca al público y otras se habían mostrado, aunque desperdigadas por varios museos egipcios.
"Los tesoros sumergidos de Egipto" ofrece a partir de 500 objetos, desde pequeñas joyas o monedas a estatuas colosales de dioses, un recorrido por la historia de las ciudades egipcias del puerto magno de Alejandría, Canopus y Herakleion, algunos de cuyos tesoros el mar había ocultado hasta que los rescató Goddio.
Estas tres ciudades fueron importantes centros comerciales, científicos, culturales y religiosos, en la antigüedad.
No desaparecieron de la noche a la mañana, sino que quedaron parcial o totalmente sumergidas en las aguas debido a terremotos, el hundimiento de la tierra o el aumento del nivel del mar.
Goddio explicó en la rueda de prensa que "no hay muchas diferencias entre hacer arqueología marina y hacer arqueología terrestre", aunque para la primera se necesitan instrumentos técnicos más sofisticados que para la arqueología tradicional.
Preguntado si se considera un Indiana Jones de alta tecnología, como lo ha definido un periódico alemán, el arqueólogo francés dijo que él más bien se ve como un "anti Indiana Jones". En los últimos diez años su cometido ha sido "evitar la aventura" en la medida de lo posible porque "lo inesperado es una pérdida de tiempo y dinero".
Goddio, quien en otras misiones submarinas descubrió el galeón español "San Diego" y el buque insignia "L'Orient" de Napoleón Bonaparte, considera que la arqueología es "como una operación quirúrgica": lo mejor es excavar lo menos posible porque "cualquier excavación es una perturbación del yacimiento arqueológico".
A las dificultades de trabajar bajo el agua, se añade el hecho de que al sacar las piezas del mar, éstas deben ser tratadas rápidamente y restauradas, porque si no es así se corre el peligro de que se deterioren al contacto con el aire o incluso que desaparezcan.