Pekín, (EFE).- Una tumba de 2,000 años de antigüedad, que probablemente perteneció a un aristócrata de la época, fue descubierta en la provincia central china de Hunan, informó la agencia oficial Xinhua.
Según los arqueólogos, la sepultura perteneció a un monarca del señorío de Changsha (actualmente capital de la provincia), que rendía obediencia al emperador de la dinastía Han del Oeste (206 AC-24 DC).
La tumba, de grandes dimensiones, tiene 30 metros de largo y 15 de ancho, y según sus descubridores fue construida "con diseño y técnica de muy alta calidad".
Sin embargo, se ha comprobado que fue expoliada por ladrones de tumbas, que sustrajeron muchos de los objetos y "causaron graves daños" al interior de la estructura, reconocieron los arqueólogos.
El ataúd está intacto, y los arqueólogos esperan a su apertura para confirmar la identidad del presunto aristócrata.
Entre los objetos encontrados en el lugar destacan un recipiente de bronce con forma de animal, una jarra y un bol de porcelana y una joya de jade, aunque se teme que algunos de ellos son copias dejadas por los ladrones.
Según los expertos, es la sepultura más grande hallada nunca antes en la provincia, incluso de mayor tamaño que la de la condesa de Mawangdui, descubierta en los años 70 y muy famosa porque se encontró en su interior una momia en perfecto estado de conservación y miles de objetos funerarios.
Dicha momia, los ataúdes en los que se encontraba (unos dentro de otros) y los otros objetos se exponen en el Museo Provincial de Changsha, en una de las muestras arqueológicas más espectaculares de China.
