MEXICO, D.F / EL UNIVERSAL-AEE
México llega con todo dividido a la Copa del Mundo de Alemania 2006, a excepción del equipo.
Y ha sido justamente Ricardo La Volpe -el que debiera ser el más preocupado por la unidad- el principal responsable de provocar un entorno poco propicio para hacer frente a un evento de grandes exigencias.
Apenas a su llegada al timón de la Selección Nacional, en el 2002, empezó una historia de desencuentros entre el director técnico y los principales personajes del balompié mexicano.
Primero, fue con Hugo Sánchez, el máximo ídolo del futbol nacional, en una guerra de declaraciones que tuvo que ser frenada por el Consejo de Dueños, es decir los llamados dueños del balón, preocupados por los alcances que pudiera tener la incontrolable escalada de descalificaciones, cuando todavía se buscaba el boleto para el Mundial de Alemania 2006.
Después, Ricardo La Volpe se enfrascó en una extraña "guerra" consigo mismo, y convertido en su principal enemigo, renunció una y otra vez a la dirección técnica de la Selección Nacional, con argumentos que fueron desde "complots" en su contra, hasta falta de apoyo de los federativos.
Con sus quejas constantes y protestas infundadas, afectó paulatinamente su relación con los federativos, pero fundamentalmente con el secretario general del organismo rector del balompié nacional, Decio de María Serrano, sobre quien lanzó una serie de descalificaciones que terminaron por fracturar de manera definitiva la relación y que tuvieron su punto culminante a principios de abril, el día de la entrega de los 26 convocados para iniciar la etapa final de la preparación.
Con cada vez más puertas cerradas a su alrededor, con un entorno viciado por sus constantes desplantes, Ricardo La Volpe empezó a actuar al interior del grupo, en el Centro de Alto Rendimiento de la Federación Mexicana de Futbol, convertido en el cuartel general de la escuadra tricolor que se aprestaba a iniciar su periplo por Europa.
De entrada, empujado por el nerviosismo de un asunto legal provocado por el conflicto de las refresqueras, Ricardo tuvo serios enfrentamientos con los integrantes de su cuerpo técnico y con sus colaboradores más cercanos. Ahora, el técnico nacional llegó a donde nadie hubiera imaginado, al propio grupo de jugadores, con descalificaciones que pudieran provocar un rompimiento de la unidad a sólo días de que inicie el Mundial. A su regreso de Alemania, Ricardo La Volpe tendrá que entregar cuentas al Consejo de Dueños de la FMF.
