Agencias
México, DF.- Los fondos de pensión administrados por la iniciativa privada se han convertido en factores importantes en los mercados de capitales nacionales de varias economías de América Latina.
Así, los activos manejados de esta forma representan en promedio diez puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB) de los países de esa región, aunque en Chile esta proporción es de 50 por ciento.
De acuerdo con la revista especializada Centro Financiero, dichos activos siguen creciendo a tasa anual entre uno y tres puntos porcentuales y se espera que para 2015 llegue a 30 por ciento del crecimiento económico en la mayoría de las naciones. Este tamaño es comparable con el de la mayoría de los sistemas bancarios actuales en América Latina y es más grande que la capitalización combinada de mercados de acciones y bonos, subraya.
La publicación de la Asociación Bancaria de Panamá señala que de acuerdo con datos del Banco Mundial (BM), muchos sistemas de pensión en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y en vías de desarrollo no fueron diseñados para funcionar en el siglo XXI. Lo anterior, añade, porque no serán sustentables a largo plazo y no darán la seguridad que se requerirá en el futuro.
Indica que la población en proceso de envejecimiento representa un reto, sobre todo para países desarrollados, los cuales tuvieron que estimular jubilaciones más tardías.
Menciona que según el propio banco internacional, las personas que trabajan por su cuenta, a tiempo parcial o de manera temporal, con frecuencia no son beneficiados por los sistemas tradicionales de pensión.
Ante ello, considera que los sistemas de pensión necesitarán ser ampliados y dar los beneficios a dichos trabajadores del siglo XXI, pues de lo contrario -advierte- muchos van a enfrentar el riesgo de la pobreza severa en su ancianidad.
Anteriormente, recuerda la publicación, el Banco Mundial recomendó una pensión pública de beneficio definido, una pensión obligatoria de administración privada basada en cuentas de inversión, y ahorros privados voluntarios.
Pero las sugerencias más recientes del organismo añaden una pensión básica para atender la pobreza y llegar a los trabajadores informales, así como aplicar un esfuerzo extra para mejorar el acceso a servicios médicos, vivienda y apoyo familiar, concluye la publicación.
