Cuando Yareli no pepena entre los desechos sólidos, acude a estudiar el cuarto grado de primaria
El Siglo de Durango
Mientras recolecta cartón, aluminio, botellas y papel, Yareli Mendoza Salas, de diez años de edad, pepenadora de la Planta de Transferencia, sonríe al pedir para este Día del Niño una bicicleta, pues dice que se ha portado bien con sus padres.
Ella, al igual que sus padres María Isabel y Antonio, pepena entre la basura que llega a la planta para posteriormente comercializar los materiales antes descritos, en una actividad que les ha servido para mantener a toda la familia.
Cuando no pepena entre los desechos sólidos, Yareli acude diariamente a cursar el cuarto grado de primaria en la escuela Unidos Venceremos, de la colonia Isabel Almanza, pero cuando no estudia se va con su familia a ayudarles para sacar el sustento diario.
Al igual que sus hermanas de siete y 15 años de edad, se dedica también los sábados y domingos a la pepena, así como los días en que no tienen clases en sus escuelas, aunque la mayor ya está casada y cuenta con un hijo.
Para ello, se emplea desde las seis de la mañana hasta las 12:00 ó 13:00 horas del día, tiempo por el cual se hace acreedora a 25 pesos que le obsequia su madre María Isabel, en lo que es un día rutinario para la familia.
Sin embargo, quiere estudiar para que cuando sea adulta se pueda dedicar a las ventas, particularmente de juguetes y artículos para los pequeños, como muñecas, a quienes obsequiaría de alegría en Navidad y el Día del Niño.
Al mismo tiempo, Yareli, entre la basura que recolecta y los cartones embolsados, señala que en su escuela le celebrarán el Día del Niño el próximo viernes 28 de abril, por lo que espera que también le obsequien regalos o dulces por parte de su maestra o sus compañeros de clase.
No obstante, ella espera ser agraciada, junto con su hermana Damaris, de siete años de edad, por sus padres con un regalo consistente en una bicicleta, con la cual se podría ir de paseo con sus amigos, inclusive trasladarse a su escuela desde su casa, ubicada en la colonia San Carlos.
Como ella, diariamente acuden 80 niños a la Planta de Transferencia a pepenar entre la basura por las mañanas y tardes de todos los días de la semana, junto con sus familiares, que en total suman 380 personas, confirmó Margarita Solano Vela, encargada del lugar.
Explicó que un pepenador por sus actividades se gana alrededor de 500 pesos semanales, lo que le sirve para la manutención de sus familias; algunos de ellos mantienen a sus hijos en el Centro de Atención Infantil Comunitaria del Sistema DIF Municipal.
Atiende DIF a hijos de pepenadores
El Sistema DIF Municipal actualmente mantiene bajo protección social a 75 hijos de pepenadores en el Centro de Atención Infantil Comunitaria, a quienes otorga servicios médicos, apoyos alimentarios, psicología y trabajo social en su beneficio.
Según informes de la dependencia asistencialista, este centro, adjunto a la Planta de Transferencia, se creó con el objetivo de proporcionar protección y formación integral a un mayor número de niñas y niños de etapa inicial hasta adolescencia dos y cuatro años 11 meses que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad.
Lo anterior se pretende realizar a través de acciones educativas y asistenciales, así como apoyar a las madres trabajadoras que no cuentan con los medios para ofrecer a sus hijos un nivel educativo y formación integral.
Entre las actividades que desempeña destacan clases de futbol, basquetbol, rondalla, coro, asesoría educativa, así como servicios médicos, visitas de supervisión, a través de una encargada, tres auxiliares, dos médicos y una psicóloga una cocinera, un intendente y jardinero.
