Para los menores, los adultos son quienes más desperdician el recurso
POR YOLANDA RÍOS RODRÍGUEZ
EL SIGLO DE TORREÓN
Torreón, Coah.- Sin agua, no es posible ninguna forma de vida. Los niños de hoy son cada vez más conscientes del valor del agua y respetan este elemento de la naturaleza, como resultado de que en la escuela les enseñan a no desperdiciarla y hasta les dicen que se puede acabar un día cercano.
Y esto les preocupa, porque no quieren que llegue a suceder, ya que desaparecerían los lagos, los ríos, no habría parques, bosques, ni flores y tampoco habría agua para que tomaran los seres humanos y los animales.
Opinan que sus hermanos mayores y sus padres son los que más gastan agua, porque afirman que ellos la pagan y cuando hay fugas en las tuberías de sus casas, tardan mucho en arreglarlas. Duran hasta media hora en la regadera y mientras se cepillan los dientes, dejan abierta la llave del lavabo.
En un sondeo realizado con alumnos del tercer grado de primaria del Colegio América, las opiniones de los niños se volcaron entusiastas. El recreo se convirtió en gran algarabía porque todos querían participar y hablar de lo que han aprendido en sus clases y en los trabajos que les encargan sus maestros acerca de fortalecer la cultura del agua.
Mientras sus maestras los observan a distancia para mantener el orden, sudorosos por el juego previo, alzan la mano para opinar y ni el chicle ni la paleta de chamoy dulce impiden que se expresen con voz de gran conciencia y convicción. Por algunos momentos, sus caras de travesura desaparecen.
Hannia Medel Barrientos dice que el agua no debe ser para jugar, ni con ella regar las banquetas, tampoco para lavar los carros. La manera como ella participa en cuidar el agua es cuando está en su casa y ve a su mamá lavando los trastes, pero deja mucho tiempo la llave abierta en forma innecesaria.
Hannia asegura que cuando sea adulta dará clases en las escuelas para que los niños se comprometan a cuidar el agua y en la actualidad, va a recomendar a sus padres que ahorren el líquido.
Coincide con Daniel Villanueva Dimas en la necesidad de que las personas adultas, en sus casas, no dejen la llave abierta mientras se asean y hablan por teléfono. Él aprendió en un trabajo que le encargaron recientemente que el agua es fuente de vida, porque sin ella, ni las plantas ni los animales podrían existir, mucho menos el ser humano.
A Daniel le gusta disfrutar el agua cuando se baña y cada vez que tiene oportunidad de ir a la alberca con sus amigos. No quiere imaginarse lo que ocurriría si escaseara el agua y sucediera lo que en ciudades como Monterrey, donde vive uno de sus primos, donde cada tercer día tienen agua y por eso, la almacenan en tanques.
Al respecto, Sayra Martínez Román expresa que a su colegio varias veces han ido personas que trabajan en Simas y les explican de la cultura del cuidado del agua. Les dicen que coloreen un dibujo de lo que más les gusta y que contenga agua. En ese mismo trabajo les piden explicar lo que para ellos representa el agua.
Sayra anotó entonces lo que una vez le platicaron sus padres, en el sentido de que los alimentos proceden de campos que necesitan a su vez el agua para producir. Le recomendaron que en su escuela y ahí en su casa, cuidara el agua no dejando los bebedores abiertos y cuando se bañara, no se tardara más que lo necesario. Cuando ella cepilla sus dientes, dice que utiliza el agua de un vaso.
Jorge Martínez, compañero de clases de Sayra, Daniel y Hannia, escuchó desde que entró a primero de primaria de la necesidad de cuidar el recurso, y constantemente ve por televisión que se acaba y que hay ciudades como México donde se limita a la gente. Se pregunta por qué no corre agua por el río Nazas y no se explica cómo es que los adultos no le dan importancia a este elemento.
A Jorge sus padres sí le llaman la atención cuando utiliza el agua de manera innecesaria, le recuerdan que cada vez llueve menos y por lo tanto, no se humedece el suelo, no hay vapor y por eso no se forman las nubes que es de donde baja luego la lluvia.
Otra compañerita de su mismo grupo, parece la más versada en este tema. Liliana Fraire Serrano lo aborda desde un punto de vista de respeto a la naturaleza, e incluso refiere que es un regalo que Dios da a los seres humanos para que vivan y puedan producir los alimentos que necesitan para consumir y venderlos.
Lili, como le llaman en el salón de clases, comparte con sus compañeros la idea de que los niños de ahora se interesan más en el medio ambiente que antes, porque no se les explicaban muchas cosas.
En su colegio, les enseñan programas del reciclado de basura, a colocar los desechos en diferentes recipientes a fin de bajar los niveles de contaminación. En este esquema cultural, les fomentan el valor del agua, a tenerlo presente siempre y la tarea diaria es reportar al niño que deje abierta las llaves de los bebederos en el patio o en el área de sanitarios.
INCONGRUENCIA
?Los adultos nos dicen que cuidemos el agua, pero ellos no lo hacen y dejan
abierta la llave cuando se lavan los dientes??.
Hannia Medel Barrientos, alumna del Colegio América
MAL USO
?Cuando lavan el carro o la banqueta con el chorro de la manguera, los papás deben tomar conciencia de que están desperdiciando el agua (...)??.
Daniel Villanueva, lumno del Colegio América
RAZONES
?Los alimentos proceden de los campos y éstos necesitan agua para producir, por eso necesitamos cuidar el agua??.
Sayra Martínez Román, alumna del Colegio América
PREOCUPACIÓN
?Siempre vemos en la televisión que el agua se va a acabar y se ven grietas en la tierra. Pero a los adultos esto no les preocupa (...)??.
Jorge Martínez, alumno del Colegio América
REGALO DE DIOS
?El agua forma parte de la naturaleza y es un regalo de Dios. Los niños queremos que nunca nos falte el agua porque ella significa vida??.
Liliana Frayre Serrano, Alumna del Colegio América
