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Bagdad, irak.- Al menos diez iraquíes murieron en nuevos atentados registrados ayer en Bagdad y en el sur de Irak, donde han sido encontrados los cadáveres de 18 personas, todos con impactos de bala y algunos con señales de tortura.
Mientras tanto el Ejército iraquí anunció en un comunicado la muerte de 15 presuntos insurgentes y la detención de otros diez, entre ellos ocho buscados desde hace meses, en un enfrentamiento registrado el viernes en la localidad de Al Hafriya, a 150 kilómetros al sur de la capital.
El peor atentado de ayer ocurrió en la localidad de Iskandariya, al sur de Bagdad, cuando un coche bomba estalló cerca de una vivienda y causó la muerte de cinco civiles y heridas a otros 18, entre ellos dos mujeres y un niño.
En la vecina Mahmudiya, un policía murió en la explosión de una bomba, mientras que en Bagdad dos personas perdieron la vida en dos ataques, uno de ellos con morteros.
En Basora, a 550 kilómetros al sur de Bagdad, un grupo de pistoleros asesinó a un policía, y en Waset, también en el sur, un ex miembro del disuelto Partido al Baaz perdió la vida en un atentado similar.
También en Waset la Policía halló ayer los cadáveres de seis personas, todos civiles y de entre 30 y 40 años de edad, añadieron las fuentes.
Otros 12 cadáveres fueron encontrados más tarde en similares circunstancias en distintas áreas de la capital.
Por otro lado, el mando militar estadounidense informó ayer de la muerte de un presunto terrorista durante una operación militar realizada al sur de Bagdad, donde las tropas detuvieron a diez supuestos insurgentes.
El Ejército de EU había anunciado que dos de sus soldados fallecieron ayer por sus graves heridas sufridas en atentados de la insurgencia, el jueves y el viernes, en el oeste de Irak, lo que eleva a 98 el número de militares norteamericanos muertos en este país árabe desde principios de octubre.