Para algunos gobernadores la expulsión de la maestra Elba Esther Gordillo es el inicio de una crisis interna que llevará al PRI a su aniquilamiento. La decisión molestó particularmente a los mandatarios de Sonora, Hidalgo y Durango. Para Ismael Hernández Deras no es tiempo de sacar los cuchillos, sino de sumar esfuerzos para reconstruir el partido.
Entre los argumentos que tomó la Comisión de Justicia Partidaria para expulsar a Gordillo está su apoyo para la creación del Partido Nueva Alianza, así como las manifestaciones negativas hechas contra algunos candidatos del PRI y aunque el documento no lo especifica, para nadie es un secreto que la líder del Sindicato de Maestros siempre denostó a Roberto Madrazo.
Históricamente el Sindicato de Maestros aportaba millones de votos al PRI, mismos que en la reciente elección se fueron a Nueva Alianza lo que permitió a este partido conservar su registro. Hoy con la expulsión de Elba Esther Gordillo se puede prever una desbandada de maestros que podría desmantelar la estructura del partido en todo el país.
Para Eduardo Bours, gobernador de Sonora, “la expulsión de la dirigente magisterial es una tontería más”. Por su parte el gobernador de Hidalgo, Miguel Osorio Chong, dijo que “no es momento para expulsiones para ensuciar a nadie; lo que necesitamos es sumar, lo que requiere el PRI es coincidencias y yo digo que muchas cosas como éstas no ayudan en absoluto”.
En su momento los priistas, particularmente Roberto Madrazo, no calcularon el daño que podría hacerles el conflicto con la maestra Gordillo, hoy con una dolorosa derrota a cuestas, la expulsión parece más un hecho de venganza que un apego a los estatutos. La crisis del PRI es evidente y pareciera que nada los puede salvar de una caída libre.
