La agrupación se despide de los escenarios de manera definitiva con un homenaje a Guillermo Bravo.
NOTIMEX
MÉXICO, DF.- Cayó el telón. El Ballet Nacional de México se despidió de los escenarios de manera definitiva con un merecido homenaje a su fundadora, la bailarina y coreógrafa mexicana Guillermina Bravo, en el Palacio de Bellas Artes de esta capital.
No fueron necesarias las palabras, pues el lenguaje del cuerpo invadió el escenario del recinto cultural más importante del país para presentar una tercia de coreografías creadas ex profeso para la ocasión, mientras Guillermina Bravo se mantenía como espectadora, y al final, desde su butaca, recibió una gran ovación.
Por más de dos horas, los bailarines dejaron el alma, corazón y vida en cada una de las coreografías, guiados por un sólo objetivo: rendir tributo a una figura cimera de la danza contemporánea mexicana: Guillermina Bravo (1920), originaria de Chacaltianguis, Veracruz.
Entre el público, que ocupó todas las localidades del Palacio de Bellas Artes, la expectativa crecía a medida que avanzaba la función de despedida del Ballet Nacional de México. Se había anunciado que se develaría una placa, que se proyectaría un documental de la vida de la maestra, pero nada de eso ocurrió.
De pie en el palco y acompañada por el director general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Saúl Juárez, y el coordinador Nacional de Danza, Marco Antonio Silva, la maestra Guillermina Bravo, quien siempre ha sido enemiga de los homenajes, recibió gustosa la ovación, tributo del público mexicano a su dedicación, pasión y entrega a la danza.
En esta única función que llevó el título de Bravo, por la Danza, Bravo!, la compañía estrenó las coreografías: Sonata Fantasma, de Bárbara Alvarado; Memoria del Llamado que Evoca el Epicentro de los Magos, de Marco Antonio Silva, y Réquiem, de Jaime Blanc.
El palacio de mármol se cimbró de emoción y tristeza, cuando la oscuridad anunció el final de la pieza Réquiem, con la que el Ballet Nacional de México se retiró para siempre de los escenarios, para así dar paso a una nueva compañía que represente el siglo XXI.
