El Siglo de Torreón
MATAMOROS, COAH.- El deseo de seguir estudiando y ayudar a pequeños que no cuentan con la posibilidad de ir a una escuela, se vio opacado por un abuso de poder.
Un joven, de escasos 22 años de edad y originario del ejido Filipinas, quien por temor no quiso revelar su identidad, es quien cuenta su historia, al cual llamaremos ?Carlos?.
Durante dos años y un par de meses, Carlos prestó sus servicios al Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), impartiendo clases a menores de escasos recursos y de comunidades lejanas.
En su primer año, se desempeñó como instructor, en el ejido San Manuel, municipio de Viesca. Un año más tarde, subió de puesto, capacitando a otros jóvenes, que como él, deseaban ayudar a pequeños.
Poco más de mil pesos, era lo que Carlos recibía como pago, los cuales utilizaba para pagar sus estudios.
Durante su primer año dentro del Conafe, inició su carrera de leyes, en una escuela pública de Torreón.
Gran parte de su día, lo dedicaba a trabajar, puesto que además le habían prometido una beca para continuar estudiando. La beca llegó, pero tiempo después su liquidación también.
?Me acusaron de maltrato a figuras docentes, decían que yo había insultado en repetidas ocasiones a los jóvenes que estaban capacitando pero no fue verdad?, dijo el joven estudiante.
Fue entonces cuando decidió hablar con el delegado, el cual le comentó que no quería problemas, por lo que su baja era definitiva.
Había una posibilidad de regresar, pero se esfumó luego de haberse manifestado a las afueras del Conafe en Torreón, pidiendo su regreso.
Es por ello que ahora, Carlos tratará de regresar a su antiguo trabajo, ya que asegura que nadie ha ocupado su lugar, lo que indica que varios menores no están recibiendo sus clases, situación que lo motiva aún más a regresar, tanto a su trabajo como a sus estudios, los cuales abandonó luego de haber sido despedido.