México, DF.- Por muchos años, la Federación Mexicana de Futbol (FMF) luchó para que los clubes nacionales tuvieran la oportunidad de un mayor roce internacional con rivales de Sudamérica, y no sólo con escuadras de la Concacaf que, la mayoría de las veces, contaban con un pobre nivel.
Dicha opción se le presentó a nivel de selecciones durante la Copa América de Ecuador en 1993; el Tri tuvo una buena actuación, al culminar como subcampeón tras caer ante Argentina en la final 2-1.
Luego de esta presentación, la Conmebol (Confederación Sudamericana de Futbol) anunció que sería un invitado permanente. Después, dicho organismo le abrió sus puertas a la Copa Libertadores en 1998, gracias a que una empresa privada adquirió los derechos para que los cuadros mexicanos se eliminaran con sus similares de Venezuela en la Pre-Libertadores y así buscar dos boletos a la máxima justa del continente a nivel de clubes. Guadalajara y América fueron los primeros invitados, después de dejar fuera a Caracas y al Atlético Zulia.
A partir de entonces, el futbol de México proyectó una imagen opuesta a la conocida, una faceta competitiva que le llevó a ganarse el respeto de propios y extraños. De las 18 ocasiones que un conjunto nacional ha participado en Copa Libertadores, sólo Chivas (1998), Monterrey (1999) y Pumas (2006) no pudieron acceder a rondas finales.
La actuación más destacada fue la de Cruz Azul que en el 2001 cayó en la final ante el Boca Juniors de Argentina; América (2000 y 2002) y Guadalajara (2005 y 2006) fueron eliminados en semifinales; Atlas (2000), Morelia (2002), la Máquina (2003), las Águilas (2004), Santos (2004) y Tigres (2005) fueron marginados en cuartos de final; mientras que los azulcremas (1998), los auriazules (2003), Pachuca (2005) y Tigres (2006) se quedaron en octavos de final.
Al principio, sólo dos conjuntos mexicanos podían participar en Copa Libertadores, pero a partir del 2005 se les presentó la oportunidad de ingresar a tres, a través de una reclasificación. Para ampliar su número de participantes, Guadalajara, Pachuca y Necaxa fueron invitados a la edición 2000 de la Copa Merconorte, en la que las Chivas tuvieron la mejor actuación al caer en semifinales, en tandas de tiro penal, contra el Atlético Nacional de Colombia. Y fue en el 2005, en su cuarta edición, que México arrancó con su participación en la Copa Sudamericana, segundo evento más importante de la Conmebol a nivel de clubes.
Pumas fue el primero que tuvo la oportunidad; la crisis que vivió en el torneo local se vio opacado por el gran trabajo que hizo en el evento; avanzó hasta la final en la que cayó contra Boca Juniors desde los once pasos, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Los equipos mexicanos seguían siendo el ?ya merito?; tenían buenas actuaciones, pero les faltaba dar el paso definitivo. Para el 2006, asistieron Toluca, tras ser segundo lugar de la Copa de Campeones de la Concacaf, y Pachuca como líder general del Torneo Clausura 2006.
Los Diablos accedieron a semifinales, mientras que los Tuzos, que no aparecían como favoritos, lograron rebasar la línea final, para romper con el dominio que habían ejercido los conjuntos del Cono Sur. La escuadra de Enrique Meza conquistó la Copa Sudamericana después de vencer al Deportes Tolima, Lanús, Atlético Paranaense y al Colo Colo, cuatro rivales de respeto.
El camino de los Tuzos aún no termina, ya que deberán enfrentar la Recopa ante el Internacional de Porto Alegre, campeón de Copa Libertadores. Por ahora, tienen el privilegio de ser la primera institución mexicana en conquistar un evento organizado por la Conmebol.
