Demuestra estudio que las personas con un sobrepeso moderado y una vida normal, pueden perder kilos si bajan la cantidad de grasa, aunque aumenten el azúcar o la harina.
EL UNIVERSAL
MÉXICO, D.F..- Las dietas con alto contenido de grasas tienen un elevado nivel de energía y contribuyen al exceso de peso. Sin embargo, es común oír que los alimentos bajos en esas sustancias, no son siempre los mejores para prevenir y tratar la obesidad.
Por otra parte, algunos estudios clínicos sugieren que estos alimentos propician la reducción del colesterol bueno (HDL) mientras incrementan los triglicéridos; ambos fenómenos se consideran factores de riesgo para enfermedades del corazón.
Y otros estudios han demostrado que comer poca grasa contribuye a mejorar el perfil de los lípidos.
¿Cuál será la verdad?
Para conocer la respuesta, se llevó a cabo un estudio en varios países de Europa.
Se observó la distribución de la tasa de carbohidratos en las dietas regulares de habitantes de los Países Bajos, Dinamarca, Reino Unido, Alemania y España y se trabajó con 80 hombres y mujeres de cada país, con sobrepeso.
Para tratar de representar la vida cotidiana lo mejor posible, se pusieron tienditas con productos variados, que todos los consumidores conocían. Cada vez que "compraban" uno, éste se registraba con un lector de código de barras, pero no existía ninguna restricción en cuanto a la cantidad de alimentos que las personas podían comer.
Los alimentos de los que no se disponía en la "tienda del laboratorio" como el pan, la fruta y verdura o carne frescas, se compraban en supermercados tradicionales y también se anotó su consumo.
Durante cinco semanas, las personas se acostumbraron a la "tienda del laboratorio" y los niveles de grasa de los alimentos que recibieron fueron los mismos que cada una de ellas ingería normalmente.
Después, se formaron tres grupos:
1. El primero siguió con la dieta normal, en cuanto al contenido en grasa.
2. El segundo tuvo un consumo alto en azúcar y bajo en grasa
3. Al tercero le tocó un régimen con alto contenido de harinas y bajo en grasa.
Cada persona siguió durante seis meses la dieta que le tocaba. Los integrantes de los dos grupos que tuvieron una dieta con alto contenido de harina o azúcar, pero poca grasa, bajaron su nivel de grasa corporal en 10% y 8%.
Los dos primeros grupos lograron una pérdida significativa de grasa: 1.8 y 1.3 kilos, respectivamente.
No se observaron grandes diferencias entre los grupos en cuanto a las variaciones en el colesterol en sangre y triglicéridos.
El estudio demostró que las personas con un sobrepeso moderado y una vida normal, pueden perder kilos si bajan la cantidad de grasa, aunque aumenten el azúcar o la harina. Además, no tendrán efectos adversos en sus niveles sanguíneos de lípidos.
La cantidad de peso perdido durante el experimento fue modesta, pero si éste se lleva al ámbito de la población de un país, disminuiría de forma significativa el número de personas obesas que presentan un riesgo de enfermedad.
En cualquier caso, es probable que los consejos actuales sobre la salud pública que sugieren una reducción del nivel de grasa de la dieta sean correctos y, desde luego, es evidente que no
obstaculizan los intentos de mantenerse en buena forma. clia@clia.org.mx