Los restos del almirante pasaron por Valladolid y Sevilla, por Santo Domingo y Cuba; el reto ahora es saber definitivamente cuáles son los reales, si los que están en Sevilla o en Santo Domingo.
EFE
Granada (España).- Los numerosos viajes a los que fueron sometidos los restos mortales de Cristóbal Colón dificultan las averiguaciones sobre su autenticidad, pues, según los historiadores, entre 1506 y 1898 habrían pasado por las ciudades españolas de Valladolid y Sevilla, por Santo Domingo y Cuba.
Aunque recientes investigaciones demuestran que los huesos que hay en la catedral de Sevilla (sur de España) son los del almirante, las complicaciones principales pasan ahora por determinar dónde se encuentra el resto del esqueleto de Colón, sobre todo teniendo en cuenta los traslados que sufrió tras su fallecimiento.
"Cristóbal Colón viajó casi tanto después de muerto como en vida", dijo el director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada (sureste de España), José Antonio Lorente, quien lidera la investigación dedicada al esclarecimiento del origen del navegante y que ofreció una conferencia sobre aportaciones históricas y actuales del ADN.
De esta forma, el almirante se convertiría en uno de los pocos personajes históricos que poseen dos tumbas oficiales, una en la catedral de Sevilla y otra en Santo Domingo, donde se dice que descansa actualmente en el monumento "Faro a Colón" tras ser trasladado desde la Catedral Primada de América.
Lorente señaló que está documentado el fallecimiento en Valladolid en 1506 de Cristóbal Colón y que tres años más tarde, en 1509, fue llevado hasta un lugar de la Cartuja de Sevilla después de que el hijo del navegante solicitara su traslado.
Años más tarde, en 1544, fue trasladado hasta la actual República Dominicana, ya que, según parece, dejó dicho que quería ser enterrado en la ciudad de Santo Domingo.
En 1795, cuando dicha isla pasó a manos de los franceses, se decidió llevar los restos del almirante hasta Cuba, que también años más tarde, en 1898, dejaría de ser dominio español, por lo que, según el investigador, Colón habría regresado de nuevo a Sevilla, donde fue enterrado en su catedral.
Ahora bien, Lorente manifestó que la aparición a finales del siglo XIX de una caja metálica con una inscripción donde se leía "Varón ilustre y distinguido Cristóbal Colón", con fragmentos de huesos, durante las obras de la catedral de Santo Domingo arrojarían nuevas dudas sobre el "enigmático" paradero de la totalidad de su esqueleto y sobre la autenticidad de sus restos.