POSTURA | PROPONE EMPRESARIADO CREAR UN SECTOR DE TOLERANCIA REGIONAL.
EL SIGLO DE TORREÓN
Advierte Víctor Alducin que la prostitución es un problema severo.
TORREÓN, COAH.- Los empresarios laguneros discrepan de los ex alcaldes de Torreón en torno a la creación de un nuevo sector rojo. Dado que la prostitución es un problema que ha rebasado a las autoridades de las tres ciudades hermanas, la propuesta del CLIP es la creación de una zona de tolerancia regional, donde las sexoservidoras sean reguladas en su aspecto sanitario por los tres municipios.
El presidente del Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada (CLIP), Víctor Alducin Flores, explicó que la prostitución se ha convertido en una problemática severa para los municipios de la zona conurbada de la Región, pues además de que se ha incrementado el número de sexoservidoras, tanto los tables dance como las salas de masaje prácticamente invaden cualquier espacio, sin importar que sea zona industrial o sector habitacional.
Por ello, consideró necesaria la reubicación de estos lugares a una zona donde las autoridades puedan llevar un control, de forma que las sexoservidoras no se encuentren dispersas en las calles de las ciudades.
Por su parte, los ex alcaldes de Torreón: Guillermo Anaya, Salomón Juan Marcos y Carlos Román Cepeda, manifestaron que sería un retroceso ?resucitar? el llamado sector rojo de la ciudad y que no se requiere para ejercer un mayor control sanitario.
Pero Alducin Flores aseguró que sí es necesaria la creación de una zona de tolerancia en la región y que esta propuesta, en definitiva, sería apoyada por el CLIP como una medida que generaría un mayor control en cuestión de la salud de las trabajadoras sexuales.
El presidente del CLIP recordó las quejas de empresarios en Gómez Palacio que solicitaron la reubicación de tables dance y salas de masaje ubicadas en la zona industrial, una problemática que ya ha sido abordada por las autoridades municipales, y afirmó que en Torreón la situación es muy similar.
El empresario consideró que no sería un paso hacia atrás el volver a implementar una zona de tolerancia para la ciudad, pues indicó que las circunstancias actuales difieren mucho de las que existían hace años, cuando se determinó eliminar la zona roja de los municipios.
?No teníamos tantas salas de masaje, tantos tables dance, son actividades que amparados se ponen en cualquier lugar, este tipo de lugares abundan en Torreón y se tienen que regular, en la actualidad sí es necesario que se controle esta actividad?, expuso.
Riesgo para la ciudadanía
El presidente de la Cámara de la Propiedad Urbana de Torreón, Omar Gutiérrez de Anda, consideró que la prostitución ha proliferado mucho en la ciudad, lo que implica un riesgo para los ciudadanos y requiere forzosamente de un control sanitario.
?Es un problema que ha existido siempre, pero ha aumentado mucho con las salas de masaje, que se localizan en cualquier colonia?, manifestó, ?por lo que se refiere al control, sí apoyaría que se creara una zona de tolerancia, se tienen que regular este tipo de negocios?.
Gutiérrez de Anda expuso que no se puede eliminar la prostitución que existe en las ciudades, por lo que las autoridades deben buscar alternativas a la problemática, y una solución al conflicto de salud podría ser la creación de una zona de tolerancia, siempre que no estuviera en la ciudad.
El empresario recordó que la anterior zona de tolerancia era un ?foco de infección?, por lo que indicó que las autoridades municipales tendrían que ser estrictas en cuanto a la aplicación de exámenes y regulación del aspecto sanitario.
El cierre
Hace quince años se cerró la zona de tolerancia que operaba en la ciudad de Torreón, en la colonia Maclovio Herrera, luego de casi cincuenta años de vida. El ex alcalde Carlos Román Cepeda González recordó que la situación de entonces en cuanto a la prostitución no era nada comparable a la de ahora, por eso dice que la situación actual todavía es controlable.
Cuando se cerró la zona de tolerancia, la última semana de enero de 1991, un día en la madrugada, había alrededor de 200 sexoservidoras en la zona centro y poco más de la misma cantidad en el interior del sector, sobre todo hombres que ejercían el comercio sexual y eran procedentes de otras ciudades del país.