Por Luis Demetrio Moreno
El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- Wind of Change: El nacer del matrimonio del Rock and Roll y la Globalización.
El nueve de noviembre de 1989 la humanidad se encontraba ante el amanecer, de lo que parecía, en su momento, una era de relativa armonía y estabilidad, ya que el muro que dividía de forma física, social, cultural, económica y políticamente no sólo una ciudad como Berlín, sino también al continente europeo, y por ende al planeta, por fin había caído, en medio de una gran fiesta en donde conciudadanos del este y del oeste, se volvían a reunir con algún familiar o amigo perdido en 44 años de historia.
Este hecho que celebró Rogers Waters al año siguiente en Potzdamer Platz, pareciendo ser que ?another brick on the wall?, el himno generacional que lo encumbrara en la música popular al lado de sus ex compañeros de Pink Floyd diez años atrás, dejaba de adoptar el contexto psicológico original de la pieza, para representar por fin, la caída de un muro que jamás debió ser.
Scorpions, la banda por antonomasia del metal alemán de esos años, anunciaba, contraria a sus estándares musicales, en la balada Wind of Change, precisamente el viento de cambio que se respiraba en la unificación del país teutón anexo a la apertura de la europea oriental ante la posterior fracturación del régimen soviético en 17 republicas.
La guerra fría daba término y el espíritu capitalista inunda no sólo Europa del este, sino a la par Latinoamérica y Asia del sudeste. Por su parte Cuba, China y Corea del Norte parecían negarse a este nuevo viento, convirtiéndose esto palpable desde meses atrás cuando el cuatro de junio de ese año en Pekín, en la Plaza de Tiananmen, más de 3600 estudiantes fallecían en manos del ejercito durante una manifestación a favor de la democratización del gigante país asiático. (Como anécdota cabe mencionar el hecho que el pasado ocho de abril de este año apenas se presentaron Los Rolling Stones en China, siendo el primer concierto de un grupo de Rock and Roll sajón en este país).
Pero por otro lado, no se hicieron esperar en países tales como Vietnam, Rumania o Bolivia la inundación de McDonals, pantalones Levis o sistemas de televisión por cable, y el Rock and Roll, por su parte, deseaba probar suerte en los nuevos mercados.
Es en medio de este panorama global que en nuestro México, que alucinaba delirios de primer mundo en el segundo año de mandato de Carlos Salinas de Gortari, abría sus puertas al históricamente segregado panorama musical del rock en nuestro país, que aunque ya había percibido flechazos de buen Rock, con los ya míticos conciertos de Queen en Puebla y Monterrey en 1981, y The Police en la ciudad de México un año atrás, es en realidad, al presentarse Bon Jovi en Guadalajara y el británico Rod Stewart, en la Corregidora de Querétaro, en 1989 antes dos llenos impresionantes, cuando se ofrece la apertura de interpretes británicos y estadounidense en tierras no sajonas.
En 1990, en Río de Janeiro, Brasil, 250 mil fans hacían acto de presencia ante los ya consagrados Iron Maiden, o los todavía aun recientes Guns and Roses, en el clásico festival de Rock in Río, para dar paso así, al año siguiente, en Moscú, en plena Perestroyka, acceso a 450 mil almas que literalmente se convulsionaban ante los acordes de la guitarra de Angus Young de AC/DC en la pieza clásica Hells Bells, o ante la cruda voz de James Hetfield, vocalista de Metallica, en la canción Fade to Black, mientras que los gendarmes rusos trataban de reprimir la histeria colectiva de los presentes.
Era de esta forma como nacían los años 90, que contrario al viento de cambio proclamado por Scorpions, no tardo mucho en mostrar su verdadero rostro, que como toda transición sociopolítica, traía de la mano aspectos tantos negativos como positivos, y en este último término, el Rock and Roll era uno de los beneficiados ante la nueva era global, al lograr tener presencia bandas y ritmos ajenos al idioma de Shakespeare, y poder alimentar así, lo que fuera el ecléctico panorama musical de la década pasada, de lo cual comentaremos en otra ocasión.
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