Por mucho que se diga que las condiciones sociales para el desarrollo de la mujer han variado favorablemente, cuando repasamos el capítulo de la violencia de género vemos que en realidad hemos avanzado muy poco, y a veces es tan desolador el panorama que tendemos a pensar que nada ha cambiado.
Comento esto porque pareciera que en los últimos tiempos ya nos hemos acostumbrado a presenciar casos de violencia intrafamiliar, así como la serie de feminicidios ocurridos en Ciudad Juárez (por cierto, seguimos esperando que haya resultados de las investigaciones y escarmiento para los culpables). Pero la violencia contra las mujeres no se circunscribe a una sola ciudad o estado de la República y, de hecho, sigue creciendo a lo largo y ancho del territorio nacional. Y si bien es cierto que la demencia y psicopatía social van más allá de nuestras fronteras, sin duda este país es uno de los puntos más notorios del planeta por tan lamentables motivos.
Las estadísticas ahí están y nos aterrorizan. Veamos en síntesis lo que dice un estudio reciente denominado “La inseguridad urbana en México. Análisis comparativo de las áreas metropolitanas de 13 ciudades”.
En Guadalajara 8.3 por ciento de la criminalidad corresponde a delitos sexuales, cifra que proporcionalmente es 2.3 veces mayor que el promedio nacional. Tijuana y Culiacán se sitúan muy cerca de la media del país, que es de 3.6 por ciento, con 3.7 y 3.4 por ciento, respectivamente.
A escala nacional, Villahermosa, Guadalajara y Cuernavaca son las ciudades más inseguras para las mujeres, pues de cada diez víctimas, seis son de sexo femenino.
Del total de agresiones que se cometen contra la población femenina, un porcentaje importante tiene lugar en la calle.
Seis ciudades rebasan la media nacional de violencia contra las mujeres, que es de 37.4 por ciento: en Monterrey casi se duplica, con 73.9 por ciento, le siguen Tijuana (67 por ciento) y Guadalajara (66.6 por ciento), Villahermosa (57.2), Acapulco (54.8), Mexicali (43.9) y Cancún (43.9).
Respecto al mayor número de agresiones a mujeres en el transporte público, Villahermosa quintuplica la media nacional (7.91 por ciento), con 40 por ciento; la Ciudad de México la cuadruplica con 30.8 por ciento y Acapulco la duplica con 17.7 por ciento.
En casi todos los ámbitos, los agredidos son principalmente hombres; sin embargo, en el doméstico, ocho de cada diez víctimas son mujeres. Chihuahua y Cuernavaca son las ciudades donde el porcentaje de mujeres agredidas en su casa es más alto (81.6 y 80.5 por ciento, respectivamente), duplicando casi la media nacional de 42.1 por ciento.
En Ciudad Juárez se registra el mayor porcentaje de población femenina agredida en su lugar de trabajo, con 57 por ciento. En esa zona predominantemente maquiladora, donde las cifras oficiales reportan alrededor de 300 mujeres asesinadas en los últimos 13 años (aunque Amnistía Internacional señala que son más de 400), las agresiones laborales rebasan 40 veces el promedio del país, que es de 1.5 por ciento. En ese rubro, a Ciudad Juárez le siguen Mexicali, con 11 por ciento y Cuernavaca, con 1.2 por ciento.
Estos datos forman parte de la Tercera Encuesta Nacional sobre Inseguridad 2005, que llevó a cabo el Instituto Ciudadano de Estudios Sobre Inseguridad (ICESI) y en cuyo diseño muestral y levantamiento de campo colaboró el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). Un estudio serio, profundo, confiable y revelador, que fue realizado del 14 de febrero al 13 de marzo de 2005 entre población adulta en cerca de 66 mil viviendas del país. Se aplicaron 22 723 cuestionarios en 13 áreas metropolitanas seleccionadas: Acapulco, Cancún, Distrito Federal, Ciudad Juárez, Chihuahua, Cuernavaca, Culiacán, Guadalajara, Mexicali, Monterrey, Oaxaca, Tijuana y Villahermosa, las cuales sumaron 31.9 por ciento de la población nacional estimada en 2004, pero concentraron 53.8 por ciento de los casi 12 millones de delitos que se reportaron en el país durante ese año.
Un dato importante es que en el Consejo Técnico del ICESI hay representantes de organismos como el Consejo Coordinador Empresarial, la Confederación Patronal de la República Mexicana, la Fundación Este País, el Tecnológico de Monterrey y la Universidad Nacional Autónoma de México.
Como se observa en la encuesta, la situación va de mal en peor y no se aprecian resultados tangibles suficientes y certeros que contrarresten este ambiente criminal, pues solamente sabemos que en las calles de nuestras grandes ciudades se acumula cada día un número mayor de víctimas.
Desde luego, las mujeres tenemos que exigir más, pero también organizarnos mejor. Ya se ve que no bastan las reformas jurídicas que hemos construido a nuestro favor, ni las acciones tan destacadas de muchas mujeres en diferentes ámbitos de la vida social, económica, política, cultural y deportiva. Hay que ir más, pero mucho más lejos todavía.
Así, por ejemplo, propongo que condicionemos nuestro voto en las próximas elecciones en función de valorar los resultados y el trabajo que sin demagogia hayan realizado realmente en su desempeño público a favor de estas causas quienes ahora pretenden ser candidatos, lo mismo a la Presidencia que a los gobiernos estatales o las presidencias municipales y demás cargos de representación popular.
Y si eso no fuera suficiente, entre muchas otras acciones drásticas, tendremos entonces que optar por un modelo diferente, de cambio estructural, de fondo, junto a nuestros compañeros, hijos, esposos, para tomar mandos en el ámbito de la educación y la seguridad pública, como puntales de una nueva realidad anhelada por todas y todos.
e mail:
enlachapa@prodigy.net.mx
www.marthachapa.com.mx