Los padres de niños pequeños saben que el combate de ciertas infecciones es difícil debido al rechazo natural del pequeño al medicamento.
BUENA DOSIS
EL UNIVERSAL
En estos días de cambios bruscos de temperaturas es frecuente el ataque de enfermedades como laringitis, faringitis, amigdalitis, así como otitis media y bronquitis, que hacen necesaria la vista al médico y que muchos niños pequeños sean tratados con fármacos para evitar complicaciones.
Una de las tareas importantes de los padres es dar a los infantes los medicamentos a sus horas para terminar con la amenaza, pero es un hecho que no es fácil mantener el tratamiento, comenzando por la preparación de algunas fórmulas y convencer al niño de que beba su medicina.
Pero el riesgo que acompaña a la infección es grave y se deben tomar medias. El doctor Alfonso Copto, presidente de la Asociación Mexicana de Pediatría, dice que son la segunda causa de muerte en niños menores de 5 años y responsables del 50 por ciento de las consultas médicas.
Advierte que las enfermedades respiratorias agudas son frecuentes durante los primeros años de vida, lo que hace necesario contar con tratamientos de fácil administración que eliminen la infección y eviten el desarrollo de complicaciones.
Esto porque asegura que uno de los problemas más comunes que limitan la efectividad de los tratamientos contra infecciones respiratorias agudas, son las complicaciones en la preparación del medicamento, la estabilidad de la dosis y el rechazo por parte de los niños.
Señala que existe algo nuevo en el escenario médico, el cual permite "concentrar la cantidad precisa del antibiótico en el sitio de la infección, erradicando eficazmente las bacterias y promoviendo la curación completa para los niños".
El doctor Luis Xochihua Díaz, jefe del área de Infectología III del Instituto Nacional de Pediatría, comenta que cuando el niño rechaza el medicamento ocasiona el "incumplimiento de la dosis y abandono prematuro del tratamiento", lo cual puede derivar en "resistencia bacteriana, agudización de la enfermedad y desarrollo de consecuencias como la neumonía".
Popote cargado
El laboratorio Grünenthal cuenta ahora con método RiclaSIP, un sencillo popote que combina la amoxicilina, un agente de amplia prescripción, con ácido clavulánico, que facilita el combate de las bacterias y permite que el antibiótico pueda combatir las infecciones de manera más directa y efectiva.
Sobre su efectividad, la doctora Paloma Von Raesfeld, coordinadora del Programa STABLE de la Sociedad Mexicana de Pediatría, explica que se trata de la segunda terapia médica que utilizará la tecnología SIP de dosis por succión, que facilita la toma del medicamento, evita su rechazo y propicia un adecuado apego al tratamiento.
"A diferencia de los antibióticos convencionales, que requieren de un proceso de preparación complicado, con RiclaSIP basta con introducir el popote -que contiene el antibiótico y el ácido clavulánico - en un vaso que contenga la bebida preferida del menor y al succionarlo, ingerirá al mismo tiempo líquido y fármaco, de tal manera que el sabor que el pequeño perciba será el de la bebida que haya escogido, sin notar incluso que está tomando un medicamento", señala.
Su presentación en dosis exactas, que no requieren de "preparación ni refrigeración, permiten la estabilidad del ácido clavulánico y del antibiótico, garantizando con ello eficacia en el tratamiento de las enfermedades respiratorias agudas en la población infantil tal y como lo recetó el médico", según la especialista.
