Los resultados que arroja el estudio realizado por el Instituto de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Nuevo León no dejan lugar a dudas, el Distribuidor Vial Revolución debe ser demolido para finalmente ser una obra segura.
Según el dictamen, del cual tiene copia El Siglo de Torreón, se determina que la causa de la aparición de las excesivas rotaciones torsionales de los viaductos se debe a la formación de grietas longitudinales en la losa inferior de la sección cajón, las que trajo como consecuencia la pérdida de los niveles de pendiente transversal de los viaductos.
A los pocos días de ser elegido gobernador, Humberto Moreira, declaró a El Siglo de Torreón que el Distribuidor Vial Revolución requería de una “cirugía mayor”. Hoy que se conoce el dictamen de la UANL es necesario que el ejecutivo estatal cumpla con su palabra.
Es cierto, con la presentación del estudio Humberto Moreira rompe con la vieja tradición de proteger los errores de su antecesor, lo cual sin duda es un acto de aplaudirse, pero el ejecutivo debe ir más allá fincando responsabilidades.
Fueron muchas las omisiones cometidas en la construcción del DVR que tuvieron como consecuencia que el puente fuera una obra insegura, por este motivo Humberto Moreira está obligado a mostrar mano firme para corregir las fallas, primero demoliendo el Distribuidor Vial para después reconstruir los viaductos, pero sobre todo castigando a los responsables de las fallas.
Humberto Moreira tiene la oportunidad histórica de reafirmar su compromiso con los laguneros, la decisión de aprovecharla sólo corresponde al gobernador.
