El pasado viernes dos de junio tuvimos la oportunidad de escuchar a la Camerata de Coahuila bajo la dirección del estadounidense Eugene Dowdy. En esta ocasión se presentó un programa en el que se interpretaron obras de David Heuser (1966-), Igor Stravinsky (1882-1971), Piotr Ilich Tchaikovsky (1840-1893) y Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791).
El concierto inició con el estreno en México de la elegía September 11 de David Heuser, esta partitura utiliza un lenguaje musical similar al del compositor húngaro Georgy Ligeti para generar una serie de texturas musicales en las que sin recurrir a una melodía se genera un ambiente opresivo que con bastante éxito recrea la consternación que produjo la tragedia del 11 de septiembre de 2001.
A ésta le siguió el Concierto en Mi Bemol Mayor, ?Dumbarton Oaks? de Igor Stravinsky. Ésta fue la última obra que Stravinsky compuso antes de abandonar Europa, fue escrito en Annemasse al pie de los Alpes franceses donde él y su familia pasaron la mayor parte del verano de 1937. Esta obra obedecía a una comisión que le hizo Robert Woods Bliss para un concierto de dimensiones similares a las de un concierto Brandemburgo. Aunque si bien es cierto que en un inicio esta partitura sigue de cerca el modelo de los que compuso Johann Sebastian Bach pronto se vuelve fragmentario y caleidoscópico y señala el rumbo que habrían de seguir sus composiciones en los próximos años durante su estancia en los Estados Unidos. La Camerata de Coahuila ejecutó de manera admirable esta obra.
El Andante Fúnebre Op. 30 de Tchaikovsky que escribió en 1876 fue transcrito por el gran compositor ruso en 1877 para piano y violín y no es inusual que su tercer movimiento sea interpretado, tal y como sucedió el pasado viernes por una orquesta de cuerdas. Se trata de una obra que contiene una gran tristeza y dramatismo.
Después del intermedio la Camerata de Coahuila tocó la Sinfonía No. 29 en La Mayor K. 201 (186a) de Wolfgang Amadeus Mozart. Esta sinfonía fue escrita en abril de 1774 y aunque no se sabe a ciencia cierta la fecha de su estreno este muy probablemente tuvo lugar ese mismo año. La Sinfonía No. 29 es una de las primeras en las que Mozart adopta un esquema de cuatro movimientos en el que se combinan la gracia de los modelos italianos que hasta ese momento había seguido el joven compositor con la intimidad y manejo orquestal de la música germánica. La interpretación que escuchamos bajo la dirección del maestro Dowdy fue, a pesar de que se adoptaron tempos cuestionables, de buen nivel.
El próximo concierto promete ser memorable pues es el de aniversario, y se ha invitado como solista al famoso pianista Cyprien Katsaris.