Para su octavo concierto de la temporada la Camerata de Coahuila presentó un interesante programa en el que tuvimos la oportunidad de escuchar obras de Joseph Haydn (1732-1809) y de Dmitri Shostakovich (1906-1975). Este concierto fue inusual por muchos motivos, en primer lugar porque no es frecuente que en una misma velada se presenten un maestro y su alumno y menos cuando este último cuenta con sólo 13 años.
Más inusual es el hecho de que el joven solista del Concierto para piano en Re Mayor Hob. XVIII: 11 de Haydn con que se abrió el programa haya sido el lagunero Ricardo Acosta, quien desplegó un envidiable temple, una excelente técnica y musicalidad que hacen evidente no sólo el hecho de que tiene talento, sino de que también ha recibido una esmerada educación musical y que ha tenido la fortaleza para hacer los sacrificios necesarios para alcanzar un nivel que por mucho rebasa su corta edad. Por otro lado pienso que no pudo escoger una mejor obra para desplegar su fina sensibilidad pues el Concierto No. 11 de Haydn es delicioso. El primero de sus tres movimientos es sumamente vivaz, mientras que el segundo nos presenta un diálogo entre la orquesta y el solista y concluye con un exuberante Rondo ?all?Ungarese? (A la húngara), en el que de manera muy efectiva el gran compositor incorporó un fragmento de la danza croata ?Siri Kolo?. El aplomo y la maestría con que Acosta ejecutó la parte solista se acopló de manera prodigiosa con la orquesta y con la maravillosa dirección del maestro Shade.
Al concluir el concierto de Haydn, el público aplaudió de manera entusiasta por lo que el joven pianista brindó como encore el Nocturno Op. 9 No. 2 en Mi bemol de Fredéric Chopin.
A pesar de la gran distancia cronológica y estilística que hay entre la música de Haydn y Shostakovich existen algunas similitudes que se hicieron evidentes en el Concierto para piano y trompeta No. 1 Op. 35, el cual fue escrito por el gran compositor soviético al mismo tiempo en que se preparaba el montaje de su ópera Lady Macbeth the Mtsenk. Su concierto para piano y trompeta cita algunas obras de Haydn y de Beethoven como la Sonata en re mayor Hob. XVI: 37 de Haydn y en la cadencia del último movimiento el Rondo ?Sobre la Furia por un Centavo Perdido? de Beethoven. Se trata de una partitura vanguardista que presenta enormes dificultades para su ejecución tanto a los dos solistas como a la orquesta. En esta ocasión intervinieron en el piano Mariana Chabukiani y en la trompeta Jalil Jorge. Chabukiani es una lagunera por adopción que desde hace años se ha desempeñado como pianista de la Camerata de Coahuila. Hemos tenido oportunidad de escucharle en varias ocasiones y siempre nos ha impresionado la limpidez de su ejecución. Además de su carrera como solista se ha desempeñado como maestra de piano y desde hace siete años ha estado a cargo de la formación musical de Ricardo Acosta. Su participación en el concierto de Shostakovich hizo evidente su gran agilidad y prodigiosa técnica y demostró que la maestra Chabukiani tiene una gran afinidad hacia la música de dicho compositor.
Después del intermedio se tocó la Sinfonía No. 100 en Sol Mayor ?Militar? de Haydn, la cual fue compuesta hacia 1794. Su nombre de Militar no se justifica plenamente sino hasta su segundo movimiento, que es cuando intervienen un grupo de instrumentos de percusión que incluyen triángulos, timbales, platillos y bombo y a los cuales en época de Haydn se identificaban como ?Turcos?, probablemente en recuerdo de las muchas amenazas de guerra que sufrió Austria por parte del imperio Otomano.
El maestro Shade una vez más demostró ser un excelente director al conducir de manera impecable estas partituras e hizo de nuevo evidente el gran entendimiento que tiene hacia la música de Haydn. Por su parte, la Camerata de Coahuila tocó una vez más de manera espléndida; lo cual motivó al público a brindar una calurosa ovación que indujo a la orquesta a repetir a manera de encore un fragmento de uno de los movimientos de la sinfonía Militar.
