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Ecos de un Concierto

S. Beckmesser

Es indudable que uno de los más grandes genios de la música ?si no es que el más grande? fue Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791). Cada vez que se escuchan sus partituras, cada vez que nos confrontamos con sus melodías, nos acercamos a un mundo de perfección ajeno a nuestra vida cotidiana y sentimos, al igual que cuando admiramos a la naturaleza, una mayor cercanía con la divinidad.

Los laguneros somos realmente afortunados pues no tenemos la necesidad de trasladarnos a otras ciudades para experimentar esto, pues contamos con la orquesta y el director más afines a la música del gran genio de Salzburgo que se puedan encontrar en nuestro país.

Es así, que desde hace varios años la Camerata de Coahuila y Ramón Shade nos han permitido escuchar algunas de las mejores partituras de Mozart. El concierto del viernes pasado confirmó una vez más, la vocación mozartiana de la orquesta y de su brillante conductor pues nos brindaron un programa conformado de manera exclusiva por obras de ese maravilloso compositor.

El concierto abrió con la obertura de la ópera las Bodas de Fígaro K. 492, la cual fue escrita a finales de 1785 en un lapso, ?si es que debemos creerle a Lorenzo Da Ponte, libretista de la ópera? de apenas seis semanas. Esta obertura recibió una vivaz, colorida y alegre interpretación.

Entre marzo y septiembre de 1778 Mozart permaneció en París escribiendo un buen número de obras entre las que se destaca su Concierto para Flauta y Arpa en Do mayor K. 299 el cual escribió para el Duque de Guines y su hija Marie Louise-Philippine, siendo esta última una de sus alumnas en Francia. Es indudable que ella debe haber sido una arpista hábil pues la parte que Mozart escribió para su instrumento es bastante difícil, hecho que se complica aún más cuando se ejecuta, tal y como sucedió el viernes pasado, en un instrumento moderno. Los solistas en esta ocasión fueron Ángel Padilla Crespo en el arpa y Juan Manuel Rosales en la flauta. Padilla tocó con prodigiosa habilidad y musicalidad su parte solista, cualidades que se hicieron aún más evidentes en las dificilísimas cadencias que Carl Reinecke (1824-1910) escribió para dicho concierto, mientras que Rosales ejecutó con maestría su instrumento.

Fue un verdadero privilegio escuchar a Padilla pues refrendó la imagen que nos dejó hace algunos años en el concierto de Handel de ser el mejor arpista de nuestro país. El público quedó fascinado por lo que no dejó de aplaudir sino hasta que se tocó un encore.

La segunda parte del concierto estuvo conformada de manera exclusiva por la Sinfonía Concertante para Alientos K. 297. Esta obra fue compuesta al igual que el Concierto para Flauta y Arpa en 1788 durante la estancia de Mozart en París, el compositor se aprovechó de la presencia del cornista Giovanni Punto y de tres importantes músicos de la orquesta de Mannheim (el flautista Wendling, el oboísta Ramm y el fagotista Ritter) para desplegar su talento compositivo y para aprovecharse de la fascinación que los parisinos tenían por los Concerti Grossi. Desdichadamente el estreno no se llevó a cabo, se trata de una obra extremadamente difícil en la que intervienen cuatro instrumentos solistas. Afortunadamente la Camerata de Coahuila cuenta entre sus filas a músicos de primer nivel. Intervinieron en las partes protagonistas de esta composición el oboísta Josef Gamilagdishvili, el clarinetista César Encina, el fagotista Ventsislav Rumenov y el cornista Serguei Marouchtchak, quienes nos brindaron una excelente interpretación. De nuevo el público aplaudió con vehemencia por lo que la orquesta tocó a manera de encore una Contradanza de Beethoven.

Indudablemente se trató de un concierto extraordinario en el que la maestría de los músicos, el alto nivel de la orquesta y la admirable dirección del maestro Shade contribuyeron a que éste se convirtiera en una velada memorable.

Glosario:

Concerti Grossi: Del italiano ?gran concierto?, en plural. Un concierto en el que un pequeño grupo de solistas al que se conoce como concertino es contrastado con un grupo más grande al que se denomina ?ripieno? (relleno).

K.: Abreviatura a la que sigue un número que ubica cronológicamente las composiciones de Mozart según el catálogo que compiló Ludwig Koechel (1800-1877) en 1862.

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