Atentado deja una persona lesionada; encuentran en la escena del crimen más de 45 casquillos percutidos.
A menos de diez días se registra otra ejecución en la ciudad capital; un par de sujetos que iban a bordo de una camioneta Lobo, modelo 2006, fueron rafagueados por armas AK-47, de las llamadas ?cuernos de chivo?, y por pistolas .9 milímetros, encontrándose en la escena del crimen más de 45 casquillos percutidos, resultando una persona muerta y otra herida, misma que fue trasladada y custodiada a una clínica particular por un convoy de vehículos de la Unidad Contra el Crimen Organizado (UCCO), mientras los asesinos se daban a la fuga.
La persona que perdió la vida, víctima de varios impactos de arma de fuego, llevaba por nombre Óscar Omar, sin conocerse hasta ahora los apellidos, de aproximadamente 38 años, mientras que el sujeto herido se llama Manuel Villa Marchante, quien es originario de El Troncón, municipio de Mezquital.
Los hechos ocurrieron minutos después de las 16:00 horas a unas cuantas cuadras del Hospital del Niño, precisamente en la calle Álamos, entre Encino y avenida Lasalle, en el poblado El Saltito, cuando de una camioneta, al parecer marca Dodge, de la línea Sonora, bajaron por lo menos tres sujetos y accionaron sus armas en contra de la Lobo, donde viajaban los antes mencionados.
Los vecinos del lugar narraron que la camioneta Lobo, de color amarillo, en la que iba el hoy occiso, había pasado por la calle Álamos y apenas cruzó la vialidad Encinos, cuando se percataron de que una camioneta Sonora les cerró el paso por la avenida Lasalle.
En el intento de regresar para escapar, metieron reversa y chocaron contra una casa y ahí fue cuando se escuchó la primera ráfaga, saliéndose el conductor del vehículo para quedar sin vida tirado en la calle; los demás disparos se escucharon en cuestión de segundos, cuando la Lobo siguió circulando, ya sin chofer, y se impactó contra unos camiones estacionados.
Los sicarios vieron sin vida a Óscar Omar y lleno de sangre a Manuel, quien aún estaba arriba del vehículo y probablemente pensaron que ya habían cometido su objetivo y se dieron a la fuga en una camioneta, al parecer, de la línea Sonora de color gris.
En menos de un minuto, Manuel salió de la camioneta con varios impactos de bala y empezó a gritar para que lo ayudaran, apreciando que se tocaba el pecho y el brazo derecho y se encontraba bañado en sangre.
Los habitantes de ese sector comentaron que no se animaban a prestarle ayuda, pues quedaron impactados por los balazos que escucharon, pero llamaron a la Cruz Roja y la Policía para que intervinieran.
La ambulancia llegó de inmediato y se llevó a Manuel a una clínica particular, siendo custodiada por varias camionetas de la Unidad Contra el Crimen Organizado (UCCO), para resguardar la integridad del baleado.
Los agentes de la Policía Municipal acordonaron el área, en tanto que elementos de la Procuraduría iniciaron con el trabajo pericial; un poco más tarde arribaron al lugar de los hechos los titulares de la Dirección de Averiguaciones Previas (DAP), Antonio Molina Ravelo, y de la Dirección Estatal de Investigación (DEI), Rosauro Meza Sifuentes.
El lugar del crimen mostraba una escena silenciosa, pues aunque las calles estaban llenas de mirones, se tornaban pensativos y poco comunicativos, quizá por temor a que pudieran salir perjudicados si hablaban.
La camioneta Lobo presentaba impactos de balas de calibre 7.62 y .9 milímetros en la defensa y en la puerta del lado de conductor y el vidrio de la ventanilla estaba quebrado por el número de proyectiles que toparon; además, en el parabrisas también se apreciaban varios orificios.
Los peritos contabilizaron por lo menos 46 cascajos percutidos de diferentes calibres y tomaron nota de que en el interior de la Lobo se encontraba un bote de cerveza, por lo que se presume que venían consumiendo bebidas embriagantes.
Se desconoce el móvil, pero señalan datos extraoficiales
En el lugar de los hechos, Rosauro Meza Sifuentes, titular de lo que era la Policía Ministerial, declaró que por el momento se desconoce el móvil de la ejecución y que están platicando con testigos del homicidio para obtener más datos y poder definir las líneas de investigación.
Tras ser cuestionado sobre una información extraoficial, que señalaba que a la Lobo la venían siguiendo desde Mezquital, comentó que no tienen datos específicos sobre el tema, pero informó que Manuel Villa es originario del poblado El Troncón, del municipio citado.
Por último, se le preguntó sobre la veracidad de que uno de los rafagueados había salido hace algunos días del Centro de Readaptación Social (Cereso), pero respondió que aún no se ha verificado esa información.
