Las FARC mantienen secuestrados a 62 políticos y efectivos de las Fuerzas Armadas y presionan al Gobierno a firmar un acuerdo humanitario para intercambiarlos por miles de sus combatientes encarcelados en las prisiones estatales.
El grupo guerrillero conformado por unos 17 mil combatientes dice luchar por imponer un sistema socialista en el país con marcadas diferencias entre ricos y pobres.
Los dos policías que iban a ser liberados no forman parte del grupo de rehenes que la guerrilla denomina “canjeables” y entre quienes figura la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, un ex ministro, y un ex gobernador, 12 ex diputados regionales, cinco ex congresistas y tres estadounidenses.