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El 2 de julio/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“La democracia es el peor de los sistemas políticos, excepto por todos los demás”.

Winston Churchill

El próximo domingo saldrán a votar unos 40 o 45 millones de mexicanos de los más de 71 millones con credencial de elector válida. Esto representaría una participación de entre 55 y 60 por ciento del padrón electoral. Se instalarán más de 130 mil casillas en todo el país. Casi un millón de ciudadanos, tomados de las propias listas del padrón, participarán en la elección como funcionarios de casilla.

El sistema electoral mexicano ha tenido un desarrollo muy importante en las últimas décadas. Han transcurrido sólo 30 años desde la elección de 1976 cuando José López Portillo fue electo presidente con el 100 por ciento de los votos válidos –no más, afortunadamente, pero tampoco menos- según la calificación oficial de la Cámara de Diputados convertida en Colegio Electoral. Son 18 años desde los comicios de 1988, quizá la última vez en que se reconoció como ganador oficial a alguien, Carlos Salinas de Gortari, quien al parecer no obtuvo realmente el triunfo.

Hoy las elecciones en nuestro país son competidas y sus reglas son, según muchos observadores internacionales, mejores que las de la mayoría de los países del mundo. La elección de Estados Unidos en 2000 nos mostró las debilidades de un sistema que muchas veces se nos había presentado como el mejor o uno de los mejores del mundo. Quizá nuestro proceso sea demasiado caro y tenga un exceso de salvaguardas contra posibles fraudes, pero se ha convertido en modelo para otros países del mundo.

El Instituto Federal Electoral, el IFE, calificará las elecciones al Congreso. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación será directamente responsable de calificar la elección presidencial, para lo cual tiene como límite máximo el seis de septiembre.

La Ley establece criterios específicos de nulidad de las elecciones legislativas, como lo hace también en los comicios estatales, pero no tiene ninguna causal específica para declarar la nulidad de la elección presidencial. Esto haría muy difícil para el Tribunal Electoral anular los comicios presidenciales. Pero los magistrados electorales, que tienen la última palabra, han señalado que sí podría anularse la elección en caso de que hubiera un número suficientemente grande de irregularidades y el margen entre los candidatos en primero y segundo lugar fuera suficientemente pequeño. A este criterio los magistrados le llaman “determinancia”.

El día de la elección se llevarán a cabo encuestas de salida, o a boca de urna como se les llama en otros países, que podrán difundirse a partir de las ocho de la noche hora del centro (las encuestas de elecciones locales sí se pueden divulgar desde las seis de la tarde). El IFE ha pedido que, si los resultados de estos sondeos son muy cerrados y no rebasan su propio margen de error, no se difundan, pero en realidad no hay Ley que lo impida. También el IFE ha pedido a las empresas que realizan o divulgan estas encuestas que aclaren que no se trata de cifras oficiales.

El Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) empezará a fluir a eso de las ocho o nueve de la noche. Se trata de resultados oficiales de las casillas que van cerrando, pero que no están ponderados o estratificados por lugar, sexo o clase social. Esto significa que se recibirán primero los resultados de las zonas urbanas, y en especial los de la Ciudad de México, lo cual podría darle una ventaja temprana a los candidatos con más voto urbano, como Andrés Manuel López Obrador o Felipe Calderón, que no se sostenga más tarde cuando empezarán a fluir los sufragios rurales.

El IFE planea ofrecer un conteo rápido, que es una proyección hecha sobre la base de cifras oficiales de una muestra representativa de casillas, a eso de las 11 de la noche. Sólo en caso de un resultado muy cerrado se retrasaría o se suspendería el anuncio del conteo rápido.

Para las seis de la mañana del lunes tres de julio se tendría un 80 por ciento de las casillas en el PREP. Su tendencia será probablemente definitiva a esas horas. Para el mediodía habría quizá un 95 por ciento de las casillas. Más o menos en ese nivel se cerraría el PREP.

El resultado oficial, el único realmente válido, se tendrá a partir del conteo definitivo que comienza el miércoles. Si contradice los resultados de las encuestas de salida o del conteo rápido, poco importa. Los otros son instrumentos de predicción, pero la última palabra es el recuento oficial, que sólo puede ser modificado por el Tribunal Electoral.

¿Es éste el sistema ideal? Seguramente no. El propio presidente Vicente Fox ha reflexionado, en una entrevista para Le Figaro de Francia, sobre la conveniencia de tener una segunda vuelta como la francesa. Pero no es el peor de los sistemas posibles. Lo importante es que es el que los legisladores aprobaron y es la Ley electoral en nuestro país.

CENSURAS

Sky ha reestablecido ya la señal de Fox News, BBC y otras emisoras extranjeras censuradas en día anteriores. Es una sana decisión. La censura no ayuda a una mejor elección. Sensato habría sido también, sin embargo, eliminar la Ley seca, que se está aplicando a pesar que la legislación electoral no la establece.

Correo electrónico:

sarmiento.jaquemate@gmail.com

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