El resultado del encuentro de ayer entre Francia y Portugal nos da un marco para darle el próximo domingo una gran despedida a Zinedine Zidane, en la gran final entre italianos y franceses.
El marco va a ser esplendoroso, ya que estas dos selecciones han sido campeonas del mundo y esto no lleva a pronosticar un gran escenario, en donde las grandes estrellas del mundo, muchas de ellas nos quedaron a deber.
Sin embargo, Zinedine Zidane fue una estrella resplandeciente, y sea cual sea el resultado del domingo nueve de julio, va a brillar mucho.
Este gran jugador, apoyado por una gama de experiencia en el equipo francés, amigos ellos, ya probaron las mieles de una Copa del Mundo.
Francia mostró ayer un trabajo de conjunto, el cual le dio la copa en el Mundial de 1998, y aunque en el proceso eliminatorio estuvo a punto de no calificar, lo cual también sucedió en la primera etapa de Alemania 2006, pero fue creciendo en su futbol y llevado de la mano de Zizou pueden volver a ser campeones del mundo.
Hemos visto en el juego entre Francia y Portugal que la diferencia fue una jugada, ya que cuando Francia tuvo la ventaja regaló la media cancha y estableció dos bloques defensivos, esperando a Portugal con seriedad y prestancia.
A la postre fue lo que le dio el pase a la final, el orden táctico, siempre tapando los espacios por fuera, evitando los centros de los portugueses, si no los evitaban había dentro del área francesa dos o tres jugadores que rechazaban todos los envíos.
En este Mundial prevaleció el futbol defensivo en bloque, de orden táctico, y los toques de excelencia de Zinedine Zidane son dignos de alabar.
Esperemos que en la gran final se despliegue un futbol ofensivo para beneplácito de los espectadores, pues Italia y Francia tienen con que ofrecer esa espectacularidad.
Resta decir el adiós del gran Zinedine Zidane, y depende de Italia que se retire como campeón del mundo.
