EL 2006 será... A punto de acumular profecías me detengo y recapitulo: toda predicción es, y debe ser, un tratado sobre la capacidad de error y la vocación de inexactitud de los profetas. Escribo por ejemplo: ?la noche está estrellada y el día lunes, por servicial, heredará al domingo?, y confieso acto seguido: esta reflexión proviene del pensamiento teológico de doña María Teresa Aranda, nueva encomendera de los pobres o, como se diría ahora, de los incapaces de redactar por su cuenta libros de autoayuda: ?Dios mío, haz que enviuden todas las esposas de los competidores para la Secretaría de Gobernación en el gabinete de Felipe, tú puedes, Señor, nada más piensa en lo bien que se oirán las misas en las escuelas públicas?. Pero ya me distraje y no ofrecí muestras de la teología Aranda: ?Puedo ser secretaria (de Desarrollo Social) porque estudié para ser secretaria bilingüe?. Y el que no se ría arriesga el fuego eterno.
Afirmado lo anterior suelto mis predicciones.
1. El ánimo regocijado de los miembros del Partido Acción Nacional se robustecerá a medida que continúen las improvisaciones de su líder histórico Felipe Calderón. Don Felipe ha descubierto lo que no sospechaban quienes lo conocen: el sarcasmo. En algún momento de 2005, don Felipe desparramó un chiste (defino en su caso chiste: frase con apariencia ligera que, campana de la parroquia en mano, convoca a la risa). Al obtener las sonrisas nerviosas de su público, que no sabía si reír o llorar o ponerse a rezar, don Calderón se animó y repitió lo ya para entonces definible como chistorete. El público, al oír el encore, se rió de nuevo, ya seguro de presenciar el estreno mundial del sentido del humor del candidato panista. Exaltado, don Felipe Calderón insistió en su sarcasmo y la respuesta fue apoteósica.
¡Sí!, ¡Sí! Lo que habían oído no era un exorcismo sino una gracejada. Albricias pastores. A partir de ese momento don Felipe resultó indetenible. Mira que transcurrir tantos años entre frases austeras y rostros somnolientos y averiguar de pronto que allí, en su interior, bullía un Bob Hope, un Groucho Marx, un Adal Ramones, un Onésimo Cepeda. Desde entonces, y a tiro por mitin, don Felipe Calderón habla con la esperanza de hallar en el camino un puntacho. Pongo una muestra del redil de carcajadas a cargo de don Felipe: ?¿saben cuál es la diferencia entre el PRI y el PRD? A ver (aparenta escudriñar al auditorio) ¿Saben cuál es?... (otra pausa) ¡Ninguna!?. Obtenida la risa, don FC busca multiplicarla como panes y peces de conocido manual de ayuda de lo alto: ?a que no saben cuál es la diferencia entre el PRI y el PRD (nueva pausa) ¡Ninguna!?. Ante el diluvio de estertores de plácemes, don FC se anima y enciende sus facciones con júbilo: ?¿saben cuál es la diferencia entre...?. Hasta aquí el chistorete, es imposible seguir en vista del alborozo que provoca.
Si no gana la Presidencia, don Felipe sí puede conseguir un buen programa de televisión en tiempo triple A.
2. El desánimo es la característica de los priístas en 2006. No me refiero a su refrendo del voto cautivo (que llaman voto duro, para allegarle consistencia a la red clientelar), sino a la actitud de los enterados de lo obvio: digan lo que digan nadie les creerá nada, y por eso hablan sin siquiera querer persuadir al viento. Fíjense en el candidato Roberto Madrazo, sus discursos fluyen con la naturalidad de lo inaudible, son promesas, amenazas y jactancias que no pretenden en lo mínimo dialogar con comunidad alguna sino cubrir el expediente. ¿Qué más? Si no hay crédito a las palabras eruditas por los priístas no importan los mensajes, son siempre harina de otro costal (el PRI sólo toma en cuenta algo si está diciendo otra cosa).
En el uso de la verborrea, Roberto Madrazo no debe engañarse: su desprestigio es todo el prestigio a que puede aspirar. Nadie lo ignora: el discurso de su partido y el suyo propio no se oyen siquiera, nacen sin sonido y sin frases desprendibles, son ?cadáver, polvo, sombra, nada?. ¿Tiene sentido entonces preocuparse porque las ideas (no emitidas) se enfrenten a las críticas (no formuladas)? Madrazo, en el sentido más genuino del término, habla por hablar, habla para entrenarse en el caso de que algún día tenga que inaugurar edificios y congresos. ¿Pero qué espera de sus intervenciones: aplausos sinceros, rostros conmovidos, patriotismo en las calles? No es tan ingenuo ni tiene tiempo para meditar porque hoy le toca hablar con los caciques de Guerrero.
¿Hace cuánto tiempo leyó usted un artículo donde se tomaba en serio el discurso ideológico y político del PRI?
3. El candidato del PRD, Andrés Manuel López Obrador, está muy al tanto del contenido de sus intervenciones porque al día siguiente lo atacarán en todos los medios posibles: los de la derecha porque su programa es idéntico al de Hugo Chávez; los de la izquierda pura y revolucionaria (la única con autoridad moral para decidir quién tiene autoridad moral) porque su programa no es idéntico al de Hugo Chávez; los del centro ideológica (distintos de la derecha porque no obstante compartir todas sus premisas alguien tiene que ser de centro) porque su programa es tan parecido al de Hugo Chávez que no se sabe si apoya a Hugo Chávez o intenta desacreditarlo.
El candidato del PRD se distraerá porque a su lado dialogarán a golpes representantes egregios de las tribus del partido, mientras un grupo pequeño pero diminuto se saldrá y sentará las bases de un nuevo partido donde el senador del PRD, Demetrio Sodi, que fue del PRI y aspira a la candidatura del PAN, tendrá el sitio privilegiado en las elecciones del 2012 o, a más tardar, de 2018. Éstos se aliarán a facciones igualmente pequeñitas de panistas y priistas descontentos con el proceso electoral en donde no figuran, se constituirán partidistamente el cinco de julio de este año y, a más tardar en noviembre, lanzarán la precandidatura de Sodi pero por otro partido (creado para tal efecto) y así el senador cambiará de trinchera el día anterior a su toma de protesta y los medios registrarán dos veces su enérgica denuncia de todos.
Volvamos a López Obrador. A mitad del discurso, AMLO interrumpirá su perorata y solicitará unas ambulancias que atienden a dos facciones del PRD en batalla campal por dilucidar un hecho principalísimo: ¿qué fue primero, la idea de revolución o el comandante Fidel Castro? Antes de proseguir, llegará un médico a operar un militante que se dividió exactamente en dos mitades en una riña de su propia conciencia. El líder Leonel Cota convencerá al dividido de la importancia de la unidad física en el caso de un solo cuerpo.
López Obrador encabezará las encuestas y mítines masivos uno tras otro, mientras en el fondo de cada plaza grupos perredistas pelearán por el municipio de Piedras Negras, sólo por ése y de allí el pacto de no agresión.
Escritor