EFE
BARCELONA, ESPAÑA.- El Barcelona está a noventa minutos de clasificarse por quinta vez para la final de la máxima competición continental, aunque necesita hacer valer el 0-1 logrado hace una semana en Milán para disputarla de nuevo doce años después.
El equipo de Frank Rijkaard sabe que se encuentra ante una situación histórica. Ha hecho a la perfección la primera parte del trabajo, puesto que ganó en Milán el partido de ida de la semifinal de la Liga de Campeones gracias a un gol de Ludovic Giuly, pero la calidad y experiencia del rival invitan a la cautela.
Llega el Barza al partido de vuelta en la mejor situación posible. Con la liga española muy encarrilada, pero no cerrada, con el descanso que le supuso el aplazamiento del último partido liguero en Sevilla a causa de la lluvia y, sobre todo, sin haber aumentado su nómina de bajas.
Al contrario, con referencia al encuentro de ida, Rijkaard recupera al sancionado Anderson da Souza ?Deco? y al lesionado Henrik Larsson. El único contratiempo es la baja de Oleguer Presas, que además de lesionarse en la ida también forzó una cartulina amarilla y está sancionado para hoy.
La plantilla del Barcelona tiene la cabeza fría, sabedora de que pocas veces en su historia disputará una semifinal de la Champions en casa después de haber ganado en la ida. De hecho, en la estadística de la máxima competición continental, sólo en una ocasión se ha remontado una situación similar.
Fue el Ajax, en la temporada 1995-1996, cuando perdió en casa ante el Panathinaikos (0-1), pero fue capaz de darle la vuelta a la situación en Atenas (0-3).
Además, en el Camp Nou el Barcelona se ha mostrado muy fiable en Europa. Su última derrota se produjo el 22 de abril de 2003 ante el Juventus (1-2), lo cual le supuso su eliminación de la competición, y desde entonces entre Champions y UEFA, los azulgrana acumulan diez victorias y tres empates.
El futbol desplegado por el equipo de Rijkaard en las grandes ocasiones invita al optimismo. Especialmente por parte de Ronaldinho, quien se ha convertido en el jugador de referencia del futbol mundial.
En el partido de ida, el tráfico en el centro del campo lo dirigió a la perfección Andrés Iniesta, que completó su mejor partido como barcelonista. De hecho, Carlo Ancelotti admitió que el albaceteño fue el que desequilibró la balanza, todo un invitado sorpresa con el que no contaban los lombardos.
La alineación de Rijkaard no admite muchas sorpresas. Ausente Oleguer en el lateral derecho, Belletti tiene todas las opciones para formar con Puyol, Márquez y Van Bronckhorst.
En la medular, Deco retornaría al equipo y formaría pareja con Iniesta. Jose Edmilson ocuparía la posición de mediocentro defensivo.
La principal duda está en el ataque. A pesar del futbol desplegado por Giuly en Milán, Rijkaard podría decantarse por alinear a Larsson. Ronaldinho y Eto?o son fijos delante.
El Milán vive pendiente de la recuperación de los jugadores que sufren problemas físicos, especialmente de Alessandro Nesta, Kaká, Cafú y Shevckenko. La única baja es Ambrosini, que se lesionó en el último partido liguero ante el Messina.
El partido es vital para los intereses de un Milán que tiene en la Liga de Campeones su gran objetivo de la campaña y para el que, pensando en la remontada, Ancelotti parece decidido a apostar por las entradas desde atrás por ambas bandas con los carrileros brasileños Cafú y Serginho.
Y es que Ancelotti cree que el Barcelona es vulnerable cuando se le ataca por las bandas. Por ello, el técnico lombardo quiere plantear un partido más físico de lo habitual, acortar los espacios a un Ronaldinho a quien define como "imparable", y confiar en la veteranía milanista en este tipo de confrontaciones extremas.
De estar recuperados los "tocados", pues, en relación a la ida, el Milán parece que tendrá en Barcelona los cambios de Cafú en lugar de Stam, quien jugaría de no estar finalmente disponible Nesta, y de Filippo Inzaghi en la delantera por Alberto Gilardino.
