Feliz año para mi patria en tinieblas.
Pablo Neruda
¿Cómo será el 2007, cómo pintaba el 2006? En estos días olvidamos el atosigue de noticias, sucesos, eventos y cualquier mención que pueda eliminar la buenaventura. Días de fiesta, de distracción, de celebración, de excesos que tributan la lozanía y nos sumergen en las glorias del consumo y las ebriedades, en los tradicionales buenos deseos que quizás no lleguen a ningún puerto y se queden dentro de los pendientes eternos de nuestra desidia. Tampoco vendré yo a eliminar el espejismo del espíritu navideño y el Año Nuevo, fantasmagorías que se ven mermadas cada año y se reflejan en la disminución del tiempo en el que nos llega la resaca de ventas compras y festejos. En años anteriores las ventas navideñas tenían un mayor repunte y los períodos en los que se retornaba a la normalidad y a la rutina se extendían hasta después de haber transcurrido una semana desde el 25 de diciembre y el primero de enero. Es interesante cómo van disminuyendo los efectos de los festejos de estas fechas y cómo se hace patente el hecho de que cada vez nos podemos librar menos de la situación económica y social mediante la celebración y la euforia.
La patria está en tinieblas, pero al parecer y con la ilusión de la paz y la prosperidad deseadas durante la época la nación fulgura hirviendo de buenos deseos y de esperanza, la infatigable esperanza que nos lleva a pensar que el año entrante será mejor. La respuesta a tal esperanza es una duda, y, pesimista como suelo ser pensando siempre lo peor, no me resta más que desearle que si al menos las cosas no pintan bien, si la sociedad permanece entelerida, la violencia va en aumento, la pobreza flagela a millones, la nación vende lo poco que le queda mediante la privatización, la represión parece la constante a seguir por el gobierno federal, el presupuesto insulta en su distribución y nuestros felices funcionarios tienen un ingreso que a usted y a mí nos sangran y que como asalariados con un aumento de menos de dos pesos al salario mínimo no podremos juntar en varias vidas ?un diputado gana 110 mil pesos al mes, cifra que insulta más que un escupitajo en el rostro?, la televisión nos miente e intenta dejarnos sin criterio, los movimientos sociales de protesta son satanizados, los obreros se adecuan y ven como normal la esclavitud velada de la que son objeto, con pocas o nulas prestaciones y olvidos convenientes de pago al Seguro Social y a Infonavit por parte de sus patrones; al menos, le deseo, caro lector, un feliz año y lo menos peor para este 2007 que comenzará. La verdad descreo de la medida de los ciclos. No pude evitar diluir la ebriedad del festejo como lo mencioné líneas arriba. Sea año nuevo o viejo, sólo me resta desearle Feliz año para usted y para mi patria en tinieblas. Toda la bonanza y que venga lo menos peor.
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