GUERREROS QUE NO MUEREN, UNIDAD SOCIAL Y MARCHAS
Hace ya cierto tiempo se dio en la comarca una movilización particular, ante la amenaza de la venta del Club Santos Laguna, una campaña netamente ciudadana emergió, el lema era ?Un guerrero nunca muere?. Pinturas en autos, carteles callejeros y otras manifestaciones protestaron contra el suceso y el fin del problema fue el ya conocido. En el D.F. y varias ciudades la marcha contra la delincuencia y la inseguridad congregó a cientos de miles que se agruparon para exigir al gobierno un alto a estos problemas que asolan a la capital y al país, la respuesta sigue pendiente. Lo interesante de estas expresiones es su motivación, es decir, la ciudadanía se puede unir por causas loables como en el caso de la marcha capitalina o por intereses que contrarían el sagrado entretenimiento y desahogo que es el futbol, pero no por problemas que aunque conciernen al interés general, se manifiestan en sectores particulares. Si esto es así de palpable, entonces ¿por qué no unirse de tal modo para resolver los problemas comunes?
El individualismo a ultranza en el que nos desenvolvemos, sólo se deja a un lado cuando la amenaza a los intereses generales es fuerte. Si los problemas del agua, la falta de drenaje, la pavimentación, la corrupción, llegaran a un alcance que amenazara la tranquilidad general, enseguida nos moveríamos. La división de los problemas en sectores evita que la gente se identifique totalmente con la problemática. El ?yo estoy bien, que los demás le hagan como puedan? es una visión egoísta heredada de la tradición que coloca al hombre como centro del acontecer. Identificarse con el otro, ponerse en sus zapatos, podría ayudarnos para comprometernos en la toma de conciencia. No hablo de mesianismos que buscan su cruz, ni de revoluciones libertadoras, simplemente tomar conciencia de que puede sucedernos a nosotros, que los males se generalizan mientras más se les ignore y que aunque no nos guste, todos vamos en el mismo barco y éste hace agua hasta por el mismo timón. Si en verdad ?los guerreros nunca mueren?, más allá de la batalla y la defensa de cuestiones de importancia dudosa, escudriñemos y sepamos diferenciar los compromisos del día a día y el modo en el que, desde nuestra válida individualidad, podamos contribuir para aminorar las broncas de la sociedad que nos envuelve.
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