Al maestro Ezequiel Romero
precursor de la danza Azteca en La Laguna.
Las peregrinaciones en Torreón iniciaron en el año 1943 con pocas personas y empresas participantes a instancias de los locatarios del mercado Alianza como una forma de demostrar su fe en la Virgen de Guadalupe y como agradecimiento por favores recibidos incluyendo la bonanza económica, física y espiritual. En un inicio se marchaba acompañado de la danza de los matachines cuyo origen es zacatecano y en aquel Estado lleva el nombre de danza de los Matlachines. Actualmente las danzas De la Pluma y Azteca se agregan a la ya citada durante el trayecto hacia la parroquia de Guadalupe ubicada en la calle Ramos Arizpe. El trayecto de la mayoría de las caminatas inicia en la Alameda Zaragoza y se traslada por toda la avenida Juárez. La excepción al recorrido se da en las peregrinaciones de los mercados de Abastos y Alianza los días diez y 11 de diciembre, ambos parten de sus respectivos centros de comercios y recorren, el primero, todo Diagonal Reforma, luego Blvd. Independencia para llegar por una calle aledaña a la avenida Juárez hacia la sede religiosa. El segundo transita por la avenida Presidente Carranza hasta la calle Falcón para regresar por la Ave. Juárez hacia la parroquia.
El atuendo tradicional de los danzantes matachines consiste en nagüillas de color rojo, con carrizo, penacho con pluma de gallo o guajolote, guaje y arco con flecha de madera; aunque los colores de la nagüilla pueden variar para distinguir a los grupos de danza. Los participantes de la danza Azteca, introducida en La Laguna el tres de mayo de 1964 por el maestro Ezequiel Romero y cuyo origen es la danza de Concheros, danza que toma su nombre de una concha de armadillo de la que se hace una guitarra; portan manta, tela metálica, lentejuela y un penacho de plumas de avestruz o faisán que son importadas de Estados Unidos. Al frente del grupo va por lo general un incensario y caracolas por las que se sopla durante el trayecto. El vestuario de la danza de la pluma consiste en falda, blusa, un penacho con flores y/o espejos y una palma de pluma en la mano, objeto del cual recibe su nombre. Todas las danzas ejecutan una coreografía particular en la que en algunas se forman figuras, se realizan cruces, se baila en cuadrilla y se van dando gritos de júbilo, se suena el guaje y el arco. Los bailes son dirigidos por el Teponaztli, un tambor que marca el ritmo. Una de las tradiciones de las danzas que se ha ido perdiendo es el acompañamiento de los Viejos de la Danza, personajes enmascarados que representan la tentación del mal, sujetos que van asustando e incitando a los niños a cometer fechorías y que ahora se ven poco durante el trayecto. ?La danza es el canto hecho oración en movimiento y los grupos los constituyen gente de distintos oficios y edades, hay gente que reza de rodillas, nosotros preferimos rezar danzando? menciona el maestro Romero, director de la danza Chicomoztoc. La apropiación de los ritos indígenas realizada durante la conquista explica cómo se incorporó el baile a la procesión y cómo permanece su significado de unión y comunión en un acto de carácter místico. Torreón es, después del D.F., la segunda ciudad donde el fervor guadalupano es manifiesto a gran escala. Otras fiestas religiosas importantes en la nación son la fiesta de Zapopan en Jalisco y la de la Santa Cruz de los Milagros en Querétaro, celebradas en octubre y septiembre respectivamente.
El objetivo de la peregrinación, según el rito católico es reflejar la marcha del hombre a través de la vida: se peregrina desde el comienzo de la existencia, cada día es un reflejo del hombre como ?peregrino de la vida? desarrollando su propia existencia como camino. La peregrinación es el movimiento más significativo en la vida de los creyentes: evoca el camino personal siguiendo las huellas de Cristo, es ejercicio de mortificación laboriosa, de arrepentimiento por las debilidades humanas, de constante vigilancia de la propia fragilidad, de preparación interior a la conversión del corazón. Las peregrinaciones inician el siete de noviembre, Día del Ferrocarrilero en el que se les celebra con una misa y se realizan durante los meses siguientes variando los horarios, mañana, tarde y noche. La peregrinación de los danzantes se realiza antes del 20 de noviembre y el objetivo es, además del religioso, servir como aliciente para los que deseen contratarlos para acompañar su marcha. En las peregrinaciones demuestran su fe distintos miembros de comercios, colegios, negocios, taxistas, transportistas y público en general que marcha con fervor guadalupano y una que otra búsqueda de publicidad empresarial. Los festejos finalizan el día once con una gran procesión nocturna y una misa de gallo (a media noche), en la que se cantan Las Mañanitas a la Virgen.
Agradezco a las encargadas de las oficinas de la parroquia de Guadalupe por la información otorgada para la realización de esta columna. Filius Mater Clarets.
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