AGUAS MÁS, AGUAS MENOS EN EL DESIERTO CONVALECIENTE
Dice Miguel Morales en uno de sus poemas que ?a Torreón se lo tragarán las tolvaneras?. Si una de las frases que identifican a este punto de la Comarca es ?Vencimos al desierto?, no pensar en que la estepa cobrará venganza no sólo sobre esta ciudad sino sobre toda la región, es una muestra de pueriles esperanzas sobre un futuro asegurado y promisorio digno de república bananera.
El pasado Foro Mundial del Agua dio cifras muy preocupantes sobre el acceso al líquido y los resultados del encuentro, además de las propuestas habituales de inversión y planeación en el abasto, suministraron objetivos y buenas intenciones a mediano y largo plazo, resultados que no se verán hasta que comience su ejecución, si es que comienza.
Pero pareciera que las preocupaciones principales, como es la que flota sobre el tema del desabasto del agua están diluidas en la corriente de lo cotidiano. Que si Cuauhtémoc Blanco no fue convocado a una selección nacional incapaz de realizar un papel digno en la Copa del Mundo y que de antemano sabemos tendrá una participación charrísima, pero muy bien publicitada y patrocinada, tanto que exprimirá al aficionado como siempre lo ha hecho; que si los anuncios y la guerra sucia entre los candidatos a la presidencia no se centra en su ausencia de propuestas sino en la espectacularidad y el entretenimiento vergonzante del chachalaqueo; que si la Ley Televisa permanece hondamente mencionada pero poco explicada; que lo del niño nice infanticida en Monterrey y sus repercusiones en la construcción de lo criminal y la relación de lo criminal con AMLO; y toda la faramalla, entre tantos sucesos de ocasión, nos alejan de los problemas primordiales del aquí y el ahora, no digo que esos temas no sean importantes pero habrá qué saber qué es prioridad y resulta más importante el bien común que las particularidades del poder y la ambición. ?Sí, como Alex Lora, yo también soy a veces un pobre soñador.
En Lerdo, Gómez Palacio y en muchas colonias de la periferia de Torreón, el problema del agua está creciendo su arrollo desbordándose en muda alarma. El arsénico y los microorganismos en las tuberías y en los pozos es noticia de ocasión en lugar de tema prioritario, así como la sobreexplotación tanto industrial como ganadera y urbana de los acuíferos y la falta de reciclaje del compuesto vital son temas que a nuestros políticos y a la misma ciudadanía poco importan. Y es que desde el Amanda Ciérrale, una campaña en la que un gordito nos invitaba a atender el gasto de agua, no se ha visto una cruzada masiva por el cuidado del H2O ?no confundir con HBO- en cine, radio y televisión.
Para atestiguar los estragos que deja la falta de agua, basta recordar que la causa de que se terminaran las actividades en la mina de Ojuela fue precisamente el agotamiento del recurso, que en muchas ciudades ya existe una especie de toque de queda del suministro y que en la mayoría de estas poblaciones no es potable el agua de la llave. Pero a nosotros no nos importa, pensamos que a esta ciudad nada le pasará y que si a cada rato perforan nuevos pozos es porque seguramente hay mantos freáticos para un buen ratote y por tanto podemos seguir desperdiciando agua.
La ausencia de la cultura del cuidado, la poca atención a las fugas, los diferentes modos de tasar el monto del cobro y su contraste entre el precio que se da a la industria y al público, las políticas de abasto y los convenios para el tratamiento del líquido son temas que por permanecer siempre acechantes no se atienden. Ignoramos que la extracción excesiva de material del lecho seco agrede la porosidad del suelo por lo que la poca lluvia que cae no llega a reponerse en los mantos, no ejercitamos el cuidado del agua ni buscamos vías alternas en su uso. Seguimos desperdiciando y un ejército de tinacos se yergue en las colonias de nueva creación en las que el robo de partes de los mismos contenedores crea más desperdicio.
Y entonces, después de tanto alarmismo ¿cuáles son las propuestas? Basta con empezar con la toma de conciencia de que el agua SÍ se puede acabar y a Torreón se lo tragarán las tolvaneras, que lo que se puede hacer de manera personal en el cuidado, en gran escala puede dar resultados, ya sabe, revisar fugas, no durar tanto en la regadera, no dejar la llave abierta, tener cuidado con la manguera al regar la calle, buscar información sobre la verdadera disponibilidad del recurso acuífero en la región y eventualmente correr la voz sobre la realidad del agua y la amenaza de su acabose en la Comarca Lagunera.
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