El Siglo de Torreón
CIUDAD LERDO, DURANGO.- La situación por la que atraviesa el campo es preocupante, los apoyos no llegan a los pequeños productores.
Cada vez son más las hectáreas que lucen secas y abandonadas.
Rosario Castro, alcaldesa de Lerdo, solicitó en febrero al Gobierno de Durango la declaratoria de Zona de Emergencia, debido a la sequía, las plagas, el abatimiento de más de siete pozos, sumado al desplome de los precios del chile y de la leche de bovinos.
?El campo está que arde?, afirma Rosario Castro.
La situación en los ejidos Francisco Villa, Sapioriz, Palomas, Vicente Suárez y varios rumbo a Tlahualilo es desesperante.
?El problema del campo es la palabra tacto, tierra, agua, crédito, técnica y organización, tienes la tierra pero no tienes el dinero para hacerla producir?, dice la alcaldesa.
Para el subdelegado de Planeación y Desarrollo de la Secretaría de Agricultura Federal (Sagarpa), Francisco Javier Vaquera Alvarado, el principal problema es la falta de agua, la cual no alcanza para que los ejidatarios siembren dos hectáreas.
Ante la falta de apoyo los ejidatarios están emigrando, cada vez son más las comunidades rurales que se van quedando solas. El panorama es similar al de los pueblos fantasmas.