El próximo sábado tendrá verificativo una edición más del Guadalajara versus América, conocido en nuestro futbol como el Clásico.
Esta denominación no es de origen, como la del coñac o el tequila, sino más bien se fue creando con el tiempo y una rivalidad apoyada en principio por la mercadotecnia.
El Clásico por excelencia era, según me cuentan los viejos de la comarca, el Atlante frente al Necaxa, que de alguna manera quedó como el partido de la garra y el pique ante la desaparición de los equipos que encarnaban el odio racial al ancestro conquistador como España y Asturias.
Con el tiempo se posicionó el América como un equipo más de la Capital, que aunque tenía su historial y seguidores no arrastraba multitudes como sus coterráneos y menos como lo hace hoy en día.
En el occidente de la República Mexicana se forjaba la leyenda de un equipo cuyo rasgo fundamental era la mexicanidad; Guadalajara, club fundado por franceses, sólo permitía la defensa de sus colores por aquellos bravos que hubieran nacido en suelo patrio.
Aunque había agarrones con el Oro allá en el viejo parque de Oblatos, el gran rival era el Atlas, dando vida al ?Clásico Tapatío? que hasta nuestros días se vive con gran intensidad en la hermosa perla, capital de Jalisco.
Por cuestión de imagen, Guadalajara, allá por la mitad de los años 50s, era un equipo fervorosamente querido en México; ya había recibido el mote de ?Chivas? y sus fanáticos eran cientos de miles.
Entonces apareció un joven directivo que hizo sus pininos en el Zacatepec y fue incorporado con los ?cremas? del América cuando éstos ya eran propiedad del antepasado directo de Televisa, que se llamaba Telesistema Mexicano.
Ese personaje respondía al nombre de Guillermo Cañedo, y al estar ya ocupado el papel de ?bueno? de la película se dio a la tarea de crear al ?malo? y así nace el moderno América. Ante el blasón de mexicanidad de Chivas, América empezó a contratar figuras en el extranjero; la televisión con voces como don Fernando Marcos y Ángel Fernández sirvió como instrumento de penetración y el América se volvió el odiado rival del Guadalajara.
Recuerdo mi primer Clásico: Allá por 1964 vivíamos en Guadalajara, y de la mano de mi padre fuimos al ?Jalisco? Eduardo mi hermano y un servidor a presenciar el encuentro. Chivas era el ?campeonísimo? y tenía figuras como Arturo Chaires, el ?Tigre? Sepúlveda, Villegas, ?Chava? Reyes, Héctor Hernández, Isidoro Díaz, Juan Jasso y un jovencito que se convertiría en gran ídolo, Ignacio Calderón que suplía a otro histórico como Jaime ?Tubo? Gómez.
Del lado crema estaban Ataulfo Sánchez, Zague, Vavá, el ?Perro? Cuenca, Juan Bosco, en fin, un buen equipo de futbol. Me acuerdo que ganaron las Chivas y que vi a unos niños más o menos de mi edad llorando al final del encuentro pues eran americanistas.
Ahí me empecé a dar cuenta de lo mucho que significaban estos dos equipos para la vida social de este país. ¡Ah! Me olvidaba que el sábado se juega en presente, este partido. Ojalá no defrauden.