El desaire que hicieron doce gobernadores priistas al evento de celebración del aniversario de la fundación del Partido Revolucionario Institucional, es un duro revés a la campaña de Roberto Madrazo.
El suceso que ha sido minimizado tanto por el propio Madrazo como por el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI Mariano Palacios Alcocer, es un síntoma de evidente descomposición.
Roberto Madrazo ha resultado ser un mal candidato, porque representa al viejo sistema político autoritario y corporativo, que somete al ciudadano a las organizaciones asociadas al sistema; erige al presidente de la República en eje rector único de la vida pública; y coloca al Gobierno por encima del interés de los ciudadanos y del bien común de la sociedad en su conjunto.
Madrazo no es un demócrata. Se apoderó de la presidencia del PRI con malas artes y su carrera en pos de la candidatura puso de manifiesto su falta de escrúpulos, hasta el punto de ser considerado un peligro por sus propios compañeros de partido, como lo prueba su distanciamiento con los gobernadores priistas y su ruptura con Elba Esther Gordillo y el sindicato de maestros.
A Madrazo ni los priistas lo quieren, porque ellos son los menos interesados en la regeneración del viejo régimen que acabaría con los espacios ocupados por un nuevo PRI que se ha convertido en una federación de partidos regionales.
La derrota del PRI en el año 2000 desplazó la fuerza de dicho partido a sus cuadros en cada estado, lo que abrió nuevas oportunidades a priistas de base que antaño no hubieran soñado con acceder a puestos de importancia.
Esta realidad fue reconocida por el gobernador Humberto Moreira, al expresar que la alternancia lograda por el presidente Vicente Fox le abrió la posibilidad de acceder a la candidatura del PRI a la gubernatura de Coahuila.
El caso se repite en otros estados gobernados por el PRI, en los que los grupos regionales asumieron posiciones que hoy se ven amenazadas por el estilo antidemocrático de Madrazo.
Lo cierto es que la candidatura de Madrazo no despega del tercer lugar, y ante esta situación algunos factores reales de poder como sindicatos, grupos empresariales y Organismos No Gubernamentales tradicionalmente alineados al PRI y preocupados por la demagogia también autoritaria de López Obrador, están tomando providencias para preservar al PRI de las regiones y conservar su fuerza para recuperar la unidad nacional bajo un liderazgo distinto, que les haga aspirar a la Presidencia en el año 2012.
Estos mismos factores de poder, advierten que si López Obrador llega a ganar la elección se apropiará desde el Gobierno de la estructura corporativa del PRI, que con el tiempo se diluiría dada su similitud con el PRD y en cambio, el Partido Acción Nacional se fortalecería como Oposición en virtud de la polarización de las Fuerzas de derecha e izquierda.
El escenario así visualizado, aumenta las posibilidades de Felipe Calderón y del PAN en la actual contienda, pues es posible que la fuga del voto útil priista, favorezca a una opción que mantenga al país estable y libre de populismo y preserve la fuerza del PRI de las regiones en espera de mejores tiempos.
lfsalazarw@prodigy.net.mx
