Cada país tiene sus propias tradiciones para celebrar la Fiesta Nacional. México la ha celebrado cuando menos desde finales del siglo XIX con dos eventos que entusiasman profundamente a ese pueblo al que aparentemente desea representar y quisiera gobernar la Coalición a favor de AMLO (perdón otra vez por la distracción: a Favor de Todos¿? (Sic).
El grito que pronuncia la máxima autoridad política rememorando el que diera en la madrugada del 16 de septiembre don Miguel Hidalgo y Costilla en la población guanajuatense de Dolores en el año de 1810 y con el que se iniciara la gesta independentista de la antigua Nueva España y el desfile militar que se lleva a cabo durante la mañana del día en que México celebra su independencia, son esos actos centrales del modo con que el pueblo de este país festeja la independencia y libertad de que disfrutamos desde hace casi ya doscientos años.
Este año existe al momento de escribir estas líneas el peligro de que estas dos celebraciones no puedan llevarse a cabo en la Ciudad de México del modo con que se han venido haciendo en las últimas décadas incluso a pesar de guerras revolucionarias.
El plantón instalado en el Zócalo capitalino y a todo lo largo del Paseo de la Reforma es el obstáculo para que en la noche del día 15 ese pueblo auténtico se congregue en la gran plancha de la Plaza de la Constitución para gritar alborozadamente los tradicionales “vivas” a cada uno de los principales héroes que participaron en la guerra de independencia, y para que horas después ese mismo pueblo no pueda gozar como cada año al ver marchar con gallardía y entrega a los miembros de nuestras gloriosas Fuerzas Armadas, para cada uno de los cuales esa parada militar tanto les significa.
Pero al riesgo en que este año se ponga en peligro dicha tradición tenemos que agregar el hecho de las declaraciones hechas por dos de los dirigentes de la citada coalición: el líder nacional del PRD, Leonel Cota, anticipó que no levantarán los campamentos instalados en el Zócalo capitalino argumentando que “Hay 20 mil calles de la Ciudad de México por donde puede manifestar el Ejército sin ningún problema”.
Cree el león que todos son de su condición, cuando que el Ejército no se manifiesta. Es realmente imperdonable una declaración tan absurda en boca de quien se dice presidente de un partido político.
Cota dijo que no hay negociación alguna con las Fuerzas Armadas: “Es una manifestación del pueblo perfectamente consignada por la Ley. No hay ninguna negociación, no ha habido ninguna iniciativa de parte del Gobierno para nosotros”.
Por otra parte Dante Delgado, senador electo del Partido Convergencia y su líder fundador, también envió su mensaje al Ejército: “Queremos recordarle al Ejército Mexicano que su base social es el pueblo de México, que los soldados son parte del pueblo. Que lo sepan los señores que dirigen estas instituciones, que recuerden lo que ha pasado cuando se realizan acciones de represión en los nuevos tiempos de un mundo global”. ¡Qué graves y torpes declaraciones!