Los alemanes forman un pueblo de guerreros disciplinados, aguerridos, con un respeto impresionante a las formas y fanáticos del orden.
Para modificar la forma de conducirse de toda una sociedad se necesita de un fenómeno grandioso, superior incluso a la religión, que se llama futbol y que por estos lares se ve, respira, oye, palpa, paladea, en suma, se vive .
El pueblo alemán es serio hasta para reírse, el reloj es su Dios y el método su religión. No puede permitirse distracciones so pena de perder la imagen que tiene de sí mismo.
Los germanos son calmos, apacibles y sumamente respetuosos, situación que contrasta con su aspecto físico en general, grandazos, gordos y con una lengua que al proferir palabras suena como un tremendo regaño.
Pero los alemanes de todos los estratos sociales tienen dos diversiones fundamentales: El futbol y beber cerveza y en ambos gustos son cabeza de grupo.
En el tema de la cerveza no importa si viven en Berlín o Munich, si son viejos o chamacones , hombres o mujeres, por cierto, sumamente elegantes y en gran cantidad de ocasiones, bellísimas o si son ricos o con un poder adquisitivo mediano porque hay que decirlo, aquí no hay jodidos, lo importante es que a la menor provocación le pegan al vidrio con singular alegría y dejan a las amargas, (como sabe la chela para los principiantes), en calidad de cadáver.
Sé que en nuestro país no nos fían en materia de la beberecua pero somos un poco mas de sentimiento, de agarrar la jarra, de tomar por todo y por nada. Ellos, en cambio, lo hacen por patrón cultural y para aligerar las rígidas ataduras que van formando su vida diaria .
El balompié constituye el segundo gran escape de los alemanes y la rivalidad de las provincias encuentra su unificación cuando se trata de la selección nacional a quién apoyan con todo.
La Copa del Mundo le trajo al pueblo alemán no solo el evento deportivo mas importante del mundo sino un caudal de dudas respecto de su representativo nacional. Con un entrenador que dirige en Alemania y vive en Estados Unidos, jugadores peleados entre sí, novatos sin madurar y veteranos que van de salida el panorama no parecía halagador para el cuadro anfitrión.
Sin embargo, fieles a su estilo, se prepararon, se concentraron, hicieron grupo y se la han ido jugando para crecer en este evento que consideran suyo por derecho, hasta lograr llegar a Semifinales.
La Batalla de Berlín fue bautizado este enfrentamiento entre pamperos y germanos y realmente lo mereció; Argentinos y alemanes se enfrascaron en una sorda lucha táctica que no pudo definirse luego de dos horas de partido y tuvo que llegar al drama de los penales. Para consuelo de los mexicanos, los argentinos también fallan el tiro máximo y por su culpa se van del Mundial con bastante mas pena que gloria.
Alemania está en semifinales y ahora enfrentará a Italia en un encuentro de pronóstico reservado.
La escena del Mundial hasta el momento es el abrazo que le da Oliver Kahn al portero titular Jens Lehmann para conminarlo a detener los penales y una vez conseguido el triunfo, lo felicita efusivamente y echa por tierra el tema de la enemistad y la rivalidad deportiva.
El pueblo alemán salió a las calles, saltó, grito, se trepó a las bardas, tocó el claxon de sus autos , se abrazó, besó, lloró y soñó con ganar la Copa del Mundo.
La fecha en que se eliminó a Argentina quedará en la historia como el día que Alemania perdió?..La cabeza.