La eliminación en primera fase de Corea y de Japón, los dos países organizadores del Mundial anterior, constató el paso atrás que ha dado el futbol asiático cuatro años después en el Mundial de Alemania.
Sin su talismán Guus Hiddink en el banquillo, Corea pasó de ser semifinalista en 2002 a caer eliminada en la primera fase, arrastrando al fracaso a la Confederación Asiática, que no pudo clasificar a ninguno de sus cuatro equipos para octavos.
BERLÍN, ALEMABNIA | EFE
Hiddink, el holandés errante que ha mostrado una rara habilidad para llevar a la segunda ronda de los Mundiales a selecciones comparsas, cambió de banquillo para sentarse en el de Australia y fue ésta la que recibió el benefactor influjo del técnico milagrero.
Frente a los diez equipos que Europa metió en octavos, los tres suramericanos y los representantes únicos de África (Ghana), CONCACAF (México) y Oceanía (Australia), Asia se fue del Mundial sin dejar a su paso más que una pobre impresión de ingenua velocidad.
El fracaso asiático adquiere mayor envergadura por contraste con el sorprendente éxito en Corea-Japón, donde los dos equipos anfitriones se clasificaron para octavos -allí Japón cayó frente a Turquía- e incluso los coreanos de Hiddink, desafiando toda lógica, se plantaron en semifinales, en las que perdieron con Alemania.
Japón llegó al Mundial germano adiestrado por el ex jugador brasileño Zico, con quien sus compatriotas de la selección canarinha no tuvieron la menor consideración en el partido decisivo: Brasil contestó al primer gol japonés con otros cuatro, dos de Ronaldo.
Corea, que precisaba de la victoria frente a Suiza, cayó por 2-0 sin ofrecer más recursos que su incansable batallar por el terreno de juego. Mantuvo su fisonomía de equipo guerrero, pero perdió finura táctica con el cambio de holandeses en el banquillo, Hiddink por Dick Advoocat.
Entre la liga coreana, en la que juegan siete de los once titulares, y el nivel internacional todavía hay un salto demasiado brusco que el equipo de Advoocat sólo alcanzó a reducir en las segundas partes, a base de coraje.
Corea llegó a Alemania corta de preparación. Frente a los seis meses que tuvo Hiddink para adiestrar al equipo en el Mundial anterior (Corea, como anfitrión, estaba clasificada de antemano), Advoocat sólo ha tenido cuatro semanas.