Bajo la atenta mirada de los delegados de los partidos políticos y del resto de los mexicanos, los consejeros y otros funcionarios del IFE emprendieron el escrutinio de los votos, con la pretensión de anunciar a un ganador antes del próximo domingo.
El Instituto Federal Electoral (IFE) asumió de lleno su papel de árbitro de los inéditos y cerrados comicios presidenciales del domingo, cuestionados por la oposición de izquierda y avalados por el oficialismo conservador.
Inaugurado el 11 de octubre de 1990 tras una reforma constitucional, el IFE es considerado como uno de los organismos más confiables del Estado mexicano, aunque la izquierda que lidera el candidato Andrés López Obrador ha proyectado sombras sobre su tarea tras los comicios presidenciales y legislativos del domingo.
MÉXICO, DF
EFE
Este organismo público autónomo fue creado tras una seguidilla de acusaciones de fraude y corrupción durante el régimen del Partido Revolucionario Institucional (PRI) (1929-2000), cuyo Gobierno controlaba al sistema electoral.
El desempeño del IFE en otras elecciones nacionales (los comicios regionales son dirigidos por organismos que dependen de los estados y el Distrito Federal) le mereció reconocimientos internacionales, por lo que la ONU le pidió asesorar a funcionarios electorales de Irak, Haití y otros países.
La directiva del organismo está formada por nueve consejeros nombrados por el Congreso Federal a petición de los partidos políticos, y su mandato dura siete años.
De entre esos nueve consejeros, el Legislativo también nombra al presidente del IFE, cargo que ocupa ahora Luis Carlos Ugalde.
Por su parte, los partidos envían delegados al organismo electoral, en cuyas sesiones participan y de cuyas determinaciones se enteran.
El organismo trabaja cerca de la ciudadanía como demuestra que son mexicanos de a pie los que tras un sorteo integran las mesas electorales y sus presidentes.
El pasado domingo fueron 913 mil los mexicanos que trabajaron en el proceso.
Además del IFE, el Estado mexicano cuenta con el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE), la dependencia encargada de resolver las eventuales controversias en los asuntos electorales.
Los dos organismos tienen se sede principal en Ciudad de México, aunque el IFE cuenta con delegaciones en cada uno de los estados.-
Ugalde dijo que el escrutinio de las actas electorales iniciado hoy representa "un paso muy importante en la ruta legal" que el organismo ha seguido "para dar certeza a los resultados de los comicios y hacer respetar el veredicto que los mexicanos emitieron el pasado domingo".
El recuento se realiza de forma ininterrumpida bajo la supervisión de los delegados de los partidos y con la participación de miles de ciudadanos que integran los 300 consejos de distrito en que está dividido el país.
Cada distrito tiene, a su vez, un presidente y seis consejeros, cuya tarea igualmente es supervisada por delegados de los partidos en cada región.
Los consejeros y delegados de los partidos cotejan las actas electorales de cada distrito en poder del IFE con los datos en poder de los partidos para detectar eventuales irregularidades.
Cada partido o coalición tiene copia del acta levantada el día de las elecciones, con la cifra de votos en cada colegio y la obtenida por cada candidato, según fuentes del IFE.