MAESTRO
Si un perro fuera tu maestro aprenderías cosas como éstas: correr al encuentro de alguien que amas cuando llega a casa, nunca perderte una oportunidad de salir a pasear, darte la oportunidad de experimentar el viento fresco en tu rostro, mostrarle a los demás cuando están invadiendo tu territorio, tomarte una siestecita al mediodía y estirarte antes de levantarte a correr, brincar y jugar todos los días llevarte bien con tu prójimo, dejar que las personas te demuestren su cariño, no morder cuando un simple gruñido resuelve la situación, los días calurosos, rodar en el pasto, acostarte bajo la sombra de un árbol, cuando alguien te lastime hacer las paces sin recelo, aprovechar el placer de una larga caminata, alimentarte con gusto y entusiasmo, comer sólo lo suficiente.
Ser leal nunca, pretender ser lo que no eres, permanecer al lado de quien esté triste para darle todo tu poyo, ser feliz. Recordemos que la vida es para disfrutar y no lastimar a los demás.
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