Para aquellos adultos que ya hayan quedado solos es conveniente que sepan que siempre tienen la opción de incorporar un perro a su hogar. Estas pequeñas mascotas suelen llevarse muy bien con la gente mayor, y casi siempre logran hacer sus vidas más felices.
Al llegar al momento en que se irá el último hijo de la casa nos damos cuenta que la casa que alguna vez albergó una gran familia, hoy retumbará de silencio.
La soledad será la única compañía diaria, y posiblemente se contarán las horas o minutos para ir a visitar a los hijos u otros parientes o amigos que puedan liberar por un rato de su vida de silencio.
Una mascota requiere que le cocinen, lo bañen, y lo saquen a pasear; todas actividades que pueden mantener entretenida a una persona, haciéndola sentir útil. Pero además, se sabe que los perros aceptan con mayor placer relacionarse con gente mayor, pues no los molestan ni los incitan a estar en constante movimiento.
Según señalan los especialistas, la gente adulta tiene, básicamente, tres tipos de demanda: afecto, compañía, y necesidad de sentirse útil. Y todas ellas pueden ser llenadas por un perro. De todas maneras para evitar que la experiencia no sea opuesta a la buscada, se tendrá que tener mucho cuidado con la raza elegida; así como también con el hecho de contar con todos los elementos necesarios para el buen cuidado del animal.
Los especialistas aconsejan que lo ideal es buscar animales pequeños, livianos, y de patas cortas, ya que los mismos son fáciles de asear, peinar, y pasear. Durante esta búsqueda no olvides que cualquier perro de similares características es adecuado, aunque no tenga raza
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