La proliferación de perros callejeros se está volviendo un problema social y de salud pública que ya comienza a causar estragos en nuestras calles. Son muchos los perros que deambulan por las calles convirtiéndose en un riesgo para conductores y para ellos mismos al estar expuestos al sufrimiento y los malos tratos de los humanos.
La perrera municipal no les da mucha esperanza de vida ya que si no son reclamados su destino es la escuela de medicina o morir sacrificados.
En mi muy personal punto de vista desde el momento en que son capturados prácticamente ya tienen firmada su sentencia y saben que sus días están contados.
El sacrificio no es nada agradable, a nadie nos gustaría ir sintiendo cómo poco a poco la vida se nos va extinguiendo dolorosamente.
Aún seguimos teniendo problemas con quienes compran un perro como una novedad, porque está bonito, porque está chiquito y cuando crece ya no les gusta y lo avientan a la calle. Peor aun cuando la gente compra un perro y no tiene un patio para ponerlo y entonces lo coloca en el techo de la casa.
Es importante que si una persona quiere algún perrito que no lo compre y considere que hay muchos animalitos en la calle que se pueden adoptar y que es mil veces más agradecido un perro que se adopta, que uno que se compra.
Y es muy importante entender que no son cosas, un perrito es una responsabilidad, no es un juguete, son seres vivos que lo único que piden es cariño compañía y a cambio nos hacen mejores personas, porque es seguro que si tratas bien a un animal vas a tratar mejor a un ser humano.
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