Alemania 2006 es un homenaje y un impulso a los adelantos en la ciencia.
EL UNIVERSAL-AEE
MÉXICO, DF.- Si tuviéramos que enumerar tres grandes impulsores de los avances tecnológicos, muchos de los cuales llegan a ser de uso común entre las personas, lo haríamos de la siguiente manera: la guerra, el sexo y el futbol.
No es una broma. De la Segunda Guerra Mundial surgieron tecnologías como el teléfono móvil de una empresa entonces desconocida llamada Motorola; también de la estrategia militar, sobre todo estadounidense, surgió la Red Internet, las gafas de visión nocturna y los localizadores GPS, entre otras innovaciones.
Sigmund Freud dijo alguna vez que el deseo sexual mueve al mundo, y vaya que tenía razón, al menos hablando comercialmente. Las ventas en Internet por cualquier producto derivado del sexo impulsaron el comercio electrónico y el mercado de las Web cams; hoy, de acuerdo con la agencia de investigación y análisis de Internet, Nielsen Net Ratings, no sólo ocupa el primer lugar en ventas en línea, sino también en el mayor número de internautas.
Pero sin duda algo que nos sorprende es que un juego de pelota centenario que poco a poco tomó su forma a lo largo de la historia para convertirse en lo que hoy es el futbol, sea uno de los principales impulsores de las nuevas tecnologías. Bueno, en realidad no nos sorprende tanto, si consideramos que son miles de millones de espectadores en todo el mundo que verán al menos un partido del Mundial. ¿Qué significa esto para las industrias de electrónica, telecomunicaciones y productos de consumo? Un público cautivo que les dejará una derrama económica bastante sustanciosa al término de los partidos.
No se sabe con certeza quién inventó el futbol, pero la idea de organizar una Copa del Mundo nació el mismo día que se fundó la Federación Internacional del Futbol Asociado (FIFA), el 21 de mayo de 1904 en París, Francia. Su principal promotor fue Robert Guérin, quien propuso que en las políticas de la FIFA hubiera un artículo que obligara a todas las naciones afiliadas competir en un torneo cada cuatro años.
Gracias a esto, aunque después de obstáculos y varios años para librarlos, el primer Mundial de Futbol se llevó a cabo en Uruguay en 1930. Desde entonces cada cuatro años se intenta mejorar la organización del evento, la comunicación técnica, seguridad, transmisión televisiva y radiofónica, accesorios deportivos y el mejoramiento de las terminales a las que llegan las imágenes del encuentro.