Es innegable el progreso de México en los Mundiales, nos referimos a la mejora competitiva en los últimos 50 años. Si nos ponemos a observar las causas de su avance, encontraremos la fórmula ideal para que éste sea permanente.
En buenas cuentas lo que quiero decir es que la participación de México en los Mundiales resulta ser el mejor mecanismo de control para medir el progreso de su futbol, a diferencia de otros países, el que México clasifique o no (lo cual debería de ser una obligación), nos muestra la normalidad o la debacle.
Por eso los ojos de todos nosotros deben estar en la medición exacta en cómo le va a la Verde en las tierras del Rhin.
En un Mundial lo que cuenta son los resultados, nada se sacará si el equipo juega bonito y pierde, sobre todo en la primera fase lo que cuenta es clasificar a la siguiente ronda, todo lo demás no existe.
Desde el punto de vista técnico, en los Mundiales es cuando los directores técnicos del mundo validan los esquemas tácticos que se presentan en competencia, 4-4-2 ó 3-4-2-1, todos ellos han sido exhibidos por selecciones que impactaron en su momento, Brasil en 1962 en Chile, Holanda en 1974 en Alemania, Argentina en 1986 en México, son muestras claras de lo que aquí afirmamos.
Ahora, específicamente México, deberíamos ser optimistas, hay buen equipo, bien dirigido, y todo un país respaldando y esperando ansioso su debut, sólo quedan en el papel Angola e Irán, que se deberían superar, Portugal no me asusta, se ve como el más complicado, pero conociendo a México, cuando más nombre tiene su rival mejor es su presentación.
Hasta la próxima.
