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'El muro no va a parar nada'

Vicente Rodríguez

En este milenio, los mexicanos en los Estados Unidos son los nuevos esclavos,

asegura la escritora chicana Sandra Cisneros.

EL UNIVERSAL

MÉXICO, DF.- ?Todo el mundo sabe que el muro no va a parar nada?, dice la escritora chicana Sandra Cisneros sobre la barda de más de mil kilómetros que el Gobierno norteamericano proyecta construir en la frontera común con México.

Autora de novelas, poemarios y volúmenes de ensayo traducidos a más de una docena de idiomas, Cisneros es considerada una de los máximos exponentes de la nueva narrativa chicana. Tan sólo su primera novela, La Casa en Mango Street, lleva más de 56 ediciones y más de dos millones de ejemplares vendidos. Su visita a México, país en donde no había estado en los últimos diez años, coincide con momentos en que crece la discusión respecto a las implicaciones del muro.

Con esa acción, comenta, ?los republicanos pueden decir que están haciendo algo contra los inmigrantes. Quieren distraer al público y decirle: mira, nosotros estamos haciendo algo contra el terrorismo, pero la verdad es que quieren distraer del fracaso que es Irak?.

?En este milenio, los mexicanos en los Estados Unidos son los nuevos esclavos; nosotros los mexicanos somos de los que están abusando en el campo?, comenta, y como ejemplo menciona el sur del territorio norteamericano, ?donde antes los esclavos morían, están ahora los mexicanos agricultores que andan muriendo ¿Por qué? Por falta de agua?.

Cisneros recuerda un caso de abuso contra migrantes que conoció recientemente en un encuentro de agricultores: tres mexicanos a quienes no los dejaron tomar agua y murieron por un golpe de calor: ?uno no puede creer que en este tiempo, en este nuevo milenio, abusos así existen, y existen contra nuestros hermanos?.

?Hay (en Estados Unidos) una mexi-fobia que ni el público de aquí se da cuenta de lo que estamos viviendo. Es como si fuera Alemania en los años treinta y nosotros los judíos. Usan la excusa del 9-11 para decir que (los migrantes) son terroristas, que son drogadictos. Ya se sentían muy racistas contra los mexicanos antes, pero como han visto que han crecido mucho el pueblo mexicano y los inmigrantes, están buscando maneras y rutas para justificar el rechazo al mexicano?.

Afirma que nadie en México puede sentirse ajeno a este problema, pues es un asunto que toca a todos. ?Miro la televisión, lo poco que he visto aquí en México, ¿qué están mirando ustedes? Programas norteamericanos. Y el público sin darse cuenta de que están viviendo una xenofobia enorme. Cuando ese impacto pegue, ustedes lo van a sentir cuando regresen a los mexicanos aquí, esa pobreza ustedes la van a sentir?.

Sobre la apreciación predominante que existe en Estados Unidos respecto a la tarea del Gobierno mexicano, asegura que ?la percepción es que los (gobernantes) mexicanos no están haciendo nada, que son un bola de inútiles, que aquí hay tanta corrupción y tanta violencia que nos ven, y digo nos ven a nosotros los mexicanos, como si fuéramos un país bárbaro, es como si estuviéramos viviendo cien años atrás?.

Sin embargo, prefiere no hacer generalizaciones en cuanto al sentir de la comunidad chicana respecto al Gobierno mexicano: ?no podría hablar del pueblo chicano porque hay muchos pueblos chicanos. Hay pueblos mexicanos, mexico-americanos, hay pueblos hispanic y hay pueblos latinos. Hay algunos que tienen la conciencia, (pero) somos muy divididos en los Estados Unidos. Hay mucha gente que no apoya a Bush entre los ?blancos?y los ?chicanos?, y muchos mexicanos que votaron por ese desgraciado, así que estamos muy divididos. Los que están haciendo más ruido contra los mexicanos, son mexico-americanos, es horrible?.

Asegura que en su obra ha intentado reflejar a los mexicanos de una manera en que no se han visto antes en la literatura, y sin embargo esta intención no se limita a sus libros: ?Yo y mis hermanos que somos activistas políticos intentamos no solamente en nuestra obra, cada vez que abrimos el hocico, despertar el público. Eso puede ser en una reunión como esta, una reunión en una taquería o una reunión de los agricultores. Por eso es que aceptamos dos papeles, uno de ser escritores y otro de ser una manifestación por la paz?.

?No hay que desanimarnos, cada uno de nosotros tenemos un poder enorme, cuando abrimos el hocico podemos abrir la mente de tanta gente, no hay que perder el ánimo. Cuando yo veo tanta violencia y tanta miseria que pasa con nuestros compañeros, eso me da más ánimo de llegar aquí en voz alta, de abrir la boca y decir no?.

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