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Luis F. Salazar woolfolk

El debate entre candidatos a la Presidencia de la República celebrado la semana pasada, confirmó las tendencias a la alza de Felipe Calderón Hinojosa candidato del Partido Acción Nacional y a la baja de Andrés Manuel López Obrador candidato por el Partido de la Revolución Democrática.

El Partido Revolucionario Institucional y su candidato Roberto Madrazo Pintado, permanecen en una tendencia estática, que se sustenta en el voto duro priista que sin duda es el más consistente de todos en comparación con el de los otros partidos.

La ausencia de López Obrador en el debate, se confirma como un error que lo distancia de los electores y lo ha enfrentado con su propio equipo de campaña que cuestiona la insistencia del perredista, empeñado en actuar bajo el principio según el cual “la estrategia soy yo”, lo que a su vez revela un perfil autocrático del político que no reconoce ni rectifica errores ni admite consejos, impropio del liderazgo presidencial que requiere nuestro país en los tiempos que corren.

Son dos las vertientes que se adivinan en la campaña del PRD para los días venideros. Por una parte la confrontación con los medios de comunicación y las empresas encuestadoras, a quienes el candidato autoproclamado de izquierda acusa de divulgar datos falsos en su perjuicio, cuando la independencia y seriedad de esas mismas empresas fue reconocida por López Obrador, en el momento en que publicaron resultados que le eran favorables a dicho candidato.

La segunda vertiente de la estrategia del Peje, introduce en la agenda de la contienda presidencial el tema del desafuero fallido intentado en contra del ex jefe de Gobierno capitalino, lo que además de que constituye un tema cerrado que corresponde al pasado, nada tiene qué ver con la actual competencia por conquistar el apoyo de los electores, habida cuenta que el referido tema del desafuero no plantea en sí mismo ni una oferta ni una propuesta de Gobierno.

Las vertientes de campaña mencionadas con anterioridad, pretenden sustentar una nueva postura del Peje como víctima de ataques por parte de sus adversarios, lo que si bien fue suficiente en su momento para evitar su desafuero, no es congruente con la búsqueda del voto para llegar a la Presidencia.

El éxito de la campaña de desprestigio emprendida en contra de López Obrador por sus adversarios políticos, tiene como principal aliado al propio candidato perredista al mostrarse como lo que es, un demagogo que reduce su oferta a proponer “un nuevo modelo económico”, que hasta la fecha no se ha ocupado en “aterrizar” ni en el qué determinante de los contenidos ni en el cómo que es condición de los acuerdos que se requieren.

Frente a la actitud omisa de López Obrador que no concreta su propuesta, se rehúsa a dialogar con los representantes de los sectores productivos y desaira al conjunto de los electores al eludir el debate, se explica que el discurso del presidente Fox que insiste en mantener el rumbo y estilo de Gobierno basado en un cambio gradual lento pero consistente, esté calando en función de los grandes esfuerzos que hemos hecho todos los mexicanos, por conservar la estabilidad como presupuesto de cualquier intento de prosperidad.

Correo electrónico:

lfsalazarw@prodigy.net.mx

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