NUEVA REALIDAD | EL ROL DE LA FIGURA PATERNA HA EVOLUCIONADO EN ALGUNOS ASPECTOS.
El Siglo de Torreón
De amigo a jefe y de confidente a maestro, son varios los papeles que los padres de familia desempeñan.
TORREÓN, COAH.- Ordenar hasta con la mirada o cambiar pañales. Sentarse a la mesa para encontrar la comida servida o lavar los platos. Entregar el dinero de la semana y regresar al trabajo o hacer las tareas con sus hijos y darse tiempo para llevarlos a jugar.
En la época de don Gregorio Romero Orona, allá por los años cuarenta, no cualquier hijo se salvaba de un buen golpe si hacía algo que a su padre no le pareciera. ?Eran muy duros, machistas, lo que ellos decían eso era y no había más?.
Pero su papá, dice don Gregorio, ?gracias a Dios fue todo lo contrario: era bueno conmigo, con mi madre y mis hermanos, tuve mucha suerte porque no nos gritaba, no nos trató mal y nunca me pegó?.
A sus 73 años, don Gregorio dice que su padre, Juan Romero Soto, fue un hombre excepcional: alguien que le enseñó a trabajar sin quejarse. ?Los hombres de esa época eran muy violentos, golpeaban a los hijos y pobre de la madre que interviniera porque a ellas también les tocaban sus reatazos?.
El debate sobre qué es ser buen padre es eterno y con tantos puntos de vista como hay padres e hijos regados por el mundo.
Pero el Día del Padre es un buen pretexto para ver la controversia. Mientras para algunos el papel del hombre dentro de la familia sigue distante, otros consideran que ahora existe una mejor comunicación entre papás e hijos, y que se han fortalecido las relaciones afectivas. Hay incluso quienes reconocen una transformación, pero advierten que ésta no es necesariamente mejor que en épocas pasadas.
Quienes consideran que los roles no han cambiado, lo atribuyen a distintas causas: algunos afirman que la sociedad es la responsable porque mantiene la idea de que el cuidado de los hijos y del hogar es trabajo para las mujeres, otros aseguran que éste es un comportamiento que se da de forma natural en los hombres.
Aunque lejos de la controversia, don Gregorio admite los estereotipos tradicionales pero él mismo ha vivido su evolución.
Dice que nunca, ni por error, se atrevió a fumar o a beber delante de su padre. ?No porque le tuviera miedo sino por el gran respeto que me inspiraba; a mis hijos yo sí los vi con un cigarrillo o una cerveza en la mano, y lo acepté porque no quería que lo hicieran a escondidas?, comenta. ?Dicen que un buen padre es también el mejor amigo y eso traté de hacer yo con mis hijos; ya ellos tienen su propia vida, me dieron nietos y aunque ya no los veo, sé que son trabajadores y que tratan bien a sus familias?.
Originario de San Juan de Guadalupe, Durango, don Gregorio sólo tiene buenos recuerdos de su padre. Como el dinero no alcanzaba en la casa comenzó a trabajar a los ocho años de edad. ?A la escuela nada más la vi de pasada; sólo hice el primer año porque tuve que ayudar a mantener a mis nueve hermanos?.
Pero no asistir a la escuela no convirtió a don Gregorio en analfabeta. Él sabe leer, escribir y hablar no sólo el español sino el inglés, pues muchos años de su vida vivió en Estados Unidos. De hecho, es ciudadano de ese país y cada mes recibe seis mil pesos de pensión, ?para que pueda comer en México?.
Con motivo del Día del Padre, don Gregorio evoca los recuerdos de su infancia: ?Mi papá me enseñó a no estar de ocioso, me decía que entre mejor me portara mejor me iba a ir en la vida, y no se equivocó, su enseñanza fue su mejor herencia; lo mismo les aconsejé a mis hijos y creo que ellos hacen lo mismo con los suyos?.
IGUAL QUE ANTES
A pesar de que don Gregorio está convencido de que las cosas ya no son como antes, para el psicólogo Roberto López Franco, la relación entre padres e hijos sigue distante. Dice que en los últimos 20 años, sobre todo cuando la mujer comienza a incorporarse a la actividad laboral, se pensó que el hombre se haría cargo de ciertas áreas de la relación familiar, ?pero lamentablemente, la ausencia del padre persiste y esto es preocupante?.
Una razón, dice López Franco, es que el sistema social favorece y privilegia a los hombres porque son ellos quienes se pueden incorporar muy fácilmente al campo laboral, social, cultural y deportivo, entre otros, mientras que la mujer dedica al cuidado de los hijos y de la casa el tiempo que le queda libre después de trabajar.
?Hoy en día, el número de hombres que se puede dedicar al hogar y atender las necesidades de educación y socialización de los hijos, puede ser incluso más bajo que hace 20 años o por lo menos está en la misma proporción?, explica.
Además, el psicólogo dice que la impresión de un mayor acercamiento del padre hacia sus hijos ?sólo por el hecho de que ahora cambian pañales? es falsa. Pero a diferencia de Roberto López Franco, la socióloga Blanca Chong asegura que, en las nuevas generaciones, los padres sí se ocupan del cuidado de los pequeños.
?No creo que la relación sea algo tan superficial, difiero de esa opinión. Por la misma dinámica familiar, en donde la mujer trabaja, sí hay un mayor compromiso de los padres hacia sus hijos. Está cambiando la idea de que el cuidado y educación de los niños es sólo responsabilidad de la madre, y la transformación es generacional?, dice Chong.
La tendencia, dice, se da en todos los niveles socioeconómicos. ?Precisamente por la misma necesidad de atención de los hijos, sí tienden a comprometerse más con ellos. Creo que estamos en un proceso de transición, por supuesto que hay una diferencia enorme con generaciones anteriores en donde el padre era sólo el proveedor económico del hogar y toda la responsabilidad recaía en la madre. Ahora se responsabilizan más?.
Roberto López Franco reconoce un cambio en las actitudes de los padres de familia de hoy en día, pero asegura que bajo cualquier pretexto, terminan delegando la responsabilidad del cuidado de sus hijos a las madres.
?Es verdad que en la actualidad hay hombres que suelen tener mayor aprecio por la cocina, que son tiernos, que se ocupan de cuestiones del hogar y de atender a los niños, pero no es significativo y además este tipo de hombres, si asumen esta responsabilidad, se desligan fácilmente de la atención hacia los hijos?.
A la controversia se suma Martha Rivera Valdés, doctora y psicóloga del Centro Sí Mujer, quien considera que los hijos necesitan tanto del padre como de la madre por igual, pues ambos son indispensables en su formación.
?Por muchos años se ha dicho que el papel del hombre es sólo como proveedor y que la responsabilidad de la mujer es el cuidado de la casa, pero ahora ambos están conscientes de que los padres tienen necesidad de sus hijos, que también quieren cuidarlos y tener comunicación con ellos, y que las madres quieren hacer otras cosas además de barrer y cambiar pañales?.
Hace unas décadas, comenta, los papás no cambiaban pañales. ?Ahora sí, tal vez antes no iban por los hijos a la escuela pero ahora los vemos esperándolos a que las clases terminen, platican con ellos, entre otras actividades que comparten?.
ESTANCAMIENTO SOCIAL
Para Rivera Valdés, el problema estriba en que la sociedad mantiene la idea de que los niños son de la mujer y que la obligación del marido es trabajar. ?Un ejemplo muy claro son los comerciales. ¿A quién le anuncian las vitaminas, los pañales, el alimento del bebé?, pues a las madres, rara vez hay un anuncio en donde un papá le dé medicina al niño o le vaya a comprar pañales. Las novelas y los anuncios siguen promoviendo la imagen de que son las madres las que se tienen que hacer cargo de todo eso?.
Sin embargo, reconoce los cambios en el rol del hombre dentro de la familia, pero insiste en que la percepción de la sociedad es que el cuidado del hogar y de los hijos es una ?chamba de mujeres?.
?Las consecuencias de esto son confusas porque cuando a los varones los crían las mujeres, llega un momento en que los padres se meten por el temor de que los vayan a convertir en homosexuales, entonces los separan de ellas porque las consideran dañinas, con la intención de que el niño aprenda a ser agresivo, mandón, a que no se deje controlar?, dice.
?No quiero juzgar si la relación actual entre padres e hijos es superficial o no, pero la sociedad no permite mucho acercamiento; si un hijo se enferma, al hombre en el trabajo no lo van a dejar faltar porque le van a preguntar si no tiene esposa que lo cuide. Por eso considero que los cambios son lentos?.
Otro ejemplo claro de la intransigencia social, según la psicóloga, es la incapacidad laboral que las mujeres reciben cuando nacen sus hijos, pero no los hombres.
En muchos países africanos y asiáticos los padres reciben permisos de diez días pagados para estar con sus hijos recién nacidos. En Francia y Dinamarca se dan dos semanas, en Finlandia 18 días y en Italia tres meses a 80% del sueldo, pero casi todos los países de la Unión Europea tienen un esquema de ?ausencia paternal?.
En el Continente Americano, Argentina Paraguay y Guatemala, dan dos días, Brasil da una semana. Canadá da hasta 35 semanas a 55% del sueldo, para tomarse a discreción del trabajador.
?Creo que está muy lejano el día en que un hombre pueda faltar a trabajar varios días como lo hacen las madres para ocuparse de sus bebés. Sería maravilloso que el padre pudiera estar con los dos un tiempo prudente, pero en su empleo no se lo permiten?, dice Rivera Valdés.
El psicólogo López Franco dice que si la sociedad sigue considerando a la mujer como el eje de la familia es porque sólo ella puede mantener la disciplina y la constancia, además de garantizar la herencia cultural, lo cual, reconoce, tiene sus consecuencias negativas.
?El hecho de que la figura paterna no esté en el hogar provoca que haya jóvenes con problemas emocionales a edades más tempranas. Antes la rebeldía adolescente la encontrábamos entre los 15 y 17 años, que era lo esperado psicológicamente, hoy en día la vemos a los once años. Las madres comienzan a tener problemas muy graves con sus hijos a esa edad, además de otros conflictos como el alcoholismo, la drogadicción y la sexualidad anticipada?.
Pero la socióloga Blanca Chong comenta que aun cuando las parejas enfrenten problemas como un divorcio, tienen una mayor conciencia de lo que implica ser padres y asumen como tal esta responsabilidad, pues no sólo se ocupan económicamente de sus hijos sino de su educación.
Los padres, advierte Martha Rivera Valdés, ?tienen que atreverse a ser honestos con sus hijos, a no tenerle miedo a la ternura, a dejar a un lado la idea de que perderán su hombría si tienen demostraciones de afecto?.
En el Día del Padre, don Gregorio también tiene algunos consejos para los hombres: que se conviertan en los mejores amigos de sus hijos y que estén cerca de ellos siempre que los necesiten, además de enseñarlos a trabajar y a ser honrados.
?Si tienen hijos, no creo que necesiten de mis consejos porque ya saben lo que es tener una responsabilidad, ya como padres están muy grandes para que uno les ande diciendo qué hacer. Pero si les enseñan valores a los niños ellos serán mejores adultos que nosotros?.