BELLEZA| Te damos algunos consejos para el cuidado de tu piel, te decimos lo que sí se vale y lo que nunca debes intentar.
EL UNIVERSAL
Cuando una mujer cruza la frontera de los 40 años, la capa grasa del soporte interno de su piel facial comienza a perder densidad y origina un desplazamiento de su estructura hacia el área de la mandíbula y el mentón. Es hora de tomar medidas urgentes y especiales.
Los conocedores de este tipo de fenómenos naturales explican que esas señales de alarma se dan porque la piel se acumula y se desdibuja el contorno del óvalo facial, haciéndose evidente la flaccidez en esa zona.
No tienen duda en que es posible la redefinición con el empleo de una técnica quirúrgica como los hilos de oro. Pero es cierto que los avances tecnológicos de la cosmética ofrecen resultados efectivos, vías alternativas sin cirugías.
Qué hidatantes usar y cómo
El secreto para tener una piel sana es la constancia en el tratamiento por lo que hay que saber utilizar los hidratantes, aquí recomendamos lo que si debe hacerse y lo que no.
Si: una piel hidratada es de las barreras más efectivas para detener el paso del tiempo, porque se mantiene firme y elástica.
NO: en este sentido, no le dejes toda la responsabilidad a los productos cosméticos. Bebe por lo menos dos litros de agua al día.
Si: en caso de que tu piel sea muy sensible, te conviene usar productos hipoalergénicos y libres de fragancia.
NO: nunca olvides ponerte una generosa cantidad de crema humectante antes de abordar un avión para evitar que el clima artificial la reseque.
Si: recuerda que no sólo hay cremas, también podemos encontrar sueros, leches, geles, bálsamos, fluidos o jabones hidratantes. Elige el que mejor se ajuste a tus necesidades y utilízalo en tu
rutina diaria de belleza.
NO: las cremas y tratamientos no son mágicos, la clave de su eficiencia es la constancia en su uso.
Si: los hombres también necesitan productos para hidratar la piel.
NO: Olvídate de abusar de las bebidas alcohólicas, pues no sólo dañan tu salud, también deshidratan la piel. Además, el alcohol empeora la condición de las personas que padecen cuperosis
(venitas rojas).
Si: antes de comprar alguna crema debes determinar cuál es tu tipo de piel. La seca tiene los poros cerrados y aspecto mate; la grasa presenta un aspecto brillante y tiene los poros abiertos; la mixta tiene zonas grasas como la nariz y el mentón, y zonas más secas, como las mejillas.
NO: las cremas que tienen gran contenido de agua suelen extenderse muy bien por el rostro, pero no protegen suficientemente la dermis seca. Por eso, sólo se recomiendan para piel grasosa y mixta, que poseen la suficiente grasa para evitar que se escape el agua por sus poros.
Si: no sólo la piel del rostro se deshidrata. El lavado de las manos, por ejemplo, disminuye hasta 65% la hidratación de la dermis de nuestras extremidades, que se vuelve áspera. Para reestablecer sus cualidades, hay que aplicarle crema.
NO: si tienes piel grasa, no uses cremas ricas en emolientes, ya que éstas propiciarían mayor segregación de sebo y esto obstaculizaría la transpiración.
Si: las mascarillas caseras también funcionan. Esta es muy efectiva: una cucharada de miel y una de jugo natural de piña; mezcla, aplica sobre el rostro, deja actuar unos minutos y retira con agua tibia.
NO: ¿Eres de las que esperan sentir sed para tomar agua? Cuando tenemos esa sensación, nuestro cuerpo ya perdió entre 2% y 5% de líquido.
Si: al elegir un hidratante para el rostro, es recomendable que tenga filtro solar, porque es la parte del cuerpo más expuesta a sus rayos.
NO: si tienes piel grasa, no te confíes; ésta también se deshidrata, aunque el sebo lo oculte. En el caso de la piel seca, el frío y el sol son dos graves peligros para ella.
Si: la deshidratación se produce por factores internos (genética, alimentación) y externos (polución, Sol, frío). Pero no son los únicos; la edad también cuenta. Con los años, la piel tiende a resecarse.
NO: utilizar el mismo producto humectante durante todo el año no le funciona a todas las personas; algunas necesitan algo más ligero para el verano, y en invierno requieren mayor protección.
Si: la piel "trabaja" durante el día para protegerse y aprovecha el sueño para repararse. Ayúdala aplicando una crema hidratante de día y una regeneradora por la noche.
NO: si practicas algún deporte con el que sudas mucho, nunca olvides tomar agua para reponer el líquido que pierdes.