Durango

El Señor de Mapimí estrenará santuario

El presbítero Enrique Vargas Duarte anuncia su proyecto a la feligresía y jerarcas de la Arquidiócesis de Durango

CUENCAMÉ, DGO.- Después de 291 años de mantenerse en la urna de la Parroquia de San Antonio de Padua, el Señor de Mapimí contará con su propio santuario. La feligresía y jerarcas de la Arquidiócesis de Durango apoyarán la construcción del templo.

A siete meses de haber asumido la responsabilidad de párroco en este lugar, el Presbítero, Enrique Vargas Duarte, concibió la idea de construir un santuario a Cristo, ya que el templo de San Antonio resulta insuficiente para miles de peregrinos que cada 6 de agosto llegan de diferentes partes del país y extranjero a venerar la imagen.

En entrevista concedida a El Siglo de Durango el padre Vargas Duarte anunció el proyecto del nuevo templo, no sin antes obtener la aprobación del arzobispo, Héctor González Martínez y contar con la donación del terreno, también recibió el apoyo decidido del Consejo Pastoral Parroquial, quienes sumarán esfuerzos para edificar el santuario.

Hoy día grande de la fiesta patronal, se hará el anuncio a toda la feligresía, para que inicien las aportaciones y en fecha próxima colocar la primera piedra, cuya ceremonia será presidida por el guía espiritual de la Arquidiócesis, monseñor González Martínez.

Vargas Duarte no tiene duda alguna de poner en marcha este proyecto, ya que cada año aumenta el número de peregrinos, por lo tanto, el santuario del Señor de Mapimí será más grande al actual, de acuerdo al mismo sentir de la feligresía.

El templo de San Antonio de Padua fue construido a fines del siglo XVI y principios del XVII, su fachada esta construida de piedra sin pulir y las ventanas que forman parte de la belleza de este inmueble están talladas en cantera.

A un costado del altar mayor permanece el Señor de Mapimí en un nicho de madera estilo neoclásico, donde los 365 días del año tiene visitas, sobre todo durante el novenario del 28 de julio al 6 de agosto de cada año.

Según cuentan hace 291 años llegó al tempo de la Sierra de Jimulco, donde estuvo oculto para evitar su destrucción, debido a la rebelión de indígenas que incendiaron el Templo de Mapimí.

Una vez restaurado el Templo de Mapimí pretendieron regresar la imagen, pero al parecer cuando estaba colocada en una carreta para su traslado, las bestias no quisieron moverse aún cuando recibieron duro castigo, por lo que consignaron como un milagro y decidieron dejarla donde a la fecha permanece.

Donan el terreno

Enrique Vargas Duarte, párroco de San Antonio de Padua, no sabe en qué tiempo podrán terminar el nuevo santuario para el Señor de Mapimí, todo depende del esfuerzo de la feligresía.

Mañana a las 13:30 horas se hará el trámite de donación del terreno ante el notario público Juan Carlos I. Gallegos, donde estarán presentes el Párroco y Horacio Artea Espinoza, actual propietario.

Posteriormente se establecerá la fecha para que sea el arzobispo, Héctor González Martínez quien coloque la primera piedra del santuario que estará a un costado del Templo de San Antonio.

Vargas Duarte, fue ordenado sacerdote por el papa Juan Pablo II durante su visita a la ciudad de Durango el 9 de mayo de 1990.

Fue vicario en la parroquia de Catedral de Durango en 1994-1995 y después estuvo como párroco en San Miguel de Papasquiaro, durante 10 años y posteriormente fue asignado a Cuencamé.

Tiene confianza en la respuesta de los fieles, en el apoyo del Arzobispo para ofrecerle un lugar especial a la imagen del Señor de Mapimí.

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