En una tarde donde lo que más brilló fue nuestro amigo el Sol, México realiza su primera presentación en este Mundial, donde en sus tribunas los mariachis al grito de ¡México, México, México!, apoyaban a su selección.
Hasta los 70 minutos a la Verde le faltó claridad, mucho nerviosismo, sin ideas, y estoy seguro que a más de alguno le pasó el apellido Blanco por su cabeza, alguien que oriente a estos jóvenes vertiginosos, que hasta ese momento les había ganado las ganas y ansiedad del primer partido.
Si el futbol es sencillo, un pasador se le tiene que dar a otro, ni siquiera aparecía el desdoble para romper el esquema presentado por Irán, un arma fundamental para romper las defensas.
La primer tranquilidad la regala Omar Bravo cerrando muy bien al segundo palo, tras desvío de Guillermo Franco a pase de Pavel Pardo, la alegría duró apenas unos minutos por una equivocación del arquero Oswaldo Sánchez, que aprovechó muy bien Golmohammadi.
Que importante es tener a un jugador que no entró al encuentro y leyó muy bien durante la primera parte lo que se debía realizar, en primera instancia habilitando a Omar Bravo, luego de una equivocación de la defensa iraní, y definiendo en forma excelente el tercer tanto, que dio la tranquilidad de sumar tres puntos, encaró, abrió a su derecha y pisó el área, que tras un buen servicio pudo definir muy bien al segundo palo, me refiero a Antonio Naelson ?Sinha?.
Emocionante al final el abrazo de Oswaldo Sánchez con sus compañeros, esperemos que con este triunfo les sirva para jugar mejor ante Angola, ya que el resultado es lo mejor, el nivel de juego tiene que mejorar considerablemente.
Hasta la próxima.