La amenaza de la violencia nuevamente está latente. Este día habrán de realizarse diferentes bloqueos en algunas carreteras para pedir la liberación de los presos de Atenco. Las movilizaciones podrían motivar un nuevo enfrentamiento entre las autoridades y los manifestantes.
Los accesos carreteros que se contempla presenten bloqueos es la México-Querétaro, al cruce de la avenida 3-A y calzada Vallejo; autopista México-Pachuca, al cruce de Insurgentes y Acueducto; carretera México-Pachuca, en el cruce de Centenario y Río de los Remedios; autopista México-Puebla, sobre calzada Ignacio Zaragoza, en el sentido oriente-poniente; autopista México-Puebla, sobre calzada Ermita-Iztapalapa, sentido oriente-poniente. Por lo que la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF) se declaró lista a través de un operativo en el que participarán tres mil policías.
Apenas una semana atrás millones de televidentes fueron testigos de cómo los pobladores de Atenco y elementos de las diferentes corporaciones policiacas, abusaron del uso de la fuerza. En su actuar los policías agredieron a Valentina Palma, estudiante chilena de cinematografía, y a la española Cristina Vals.
Ambas mujeres denunciaron ser víctimas de golpes y tocamientos sexuales. A estas denuncias se suman las recolectadas por el Centro de Derechos Humanos Agustín Pro, donde se asienta que algunas mujeres de Atenco fueron violadas. Personas de la tercera edad también resultaron agredidas en el operativo.
Es cierto, la Policía liberó la carretera Texcoco-Lechería y el pueblo de San Salvador Atenco, pero no es aceptable que se viole una Ley para hacer cumplir otra Ley. Los excesos en la impartición de justicia en México no es algo nuevo, por desgracia la violación a los Derechos Humanos es una constante.
Paradójicamente las denuncias de dichos excesos se dan cuando el Gobierno Mexicano resulta elegido en la Asamblea General de la ONU para integrar el Comité de Derechos Humanos de ese organismo internacional.
Es cierto, en ocasiones es inevitable el recurso a la fuerza pública para restablecer el orden. Pero la brutalidad represiva, el ensañamiento contra la población civil nunca tendrá justificación. Esperemos que la lección haya sido aprendida y este día no vuelva a derramarse sangre en un nuevo enfrentamiento entre los manifestantes y las autoridades.